Analytica

MEJORAN LAS PERSPECTIVAS

La salida cepo fue menos traumática de lo esperado. La abundante oferta de divisas del agro le está dando margen al BCRA para estabilizar el mercado de cambios mientras se espera el puente financiero de los bancos internacionales durante enero. Es una gran noticia que le permite al gobierno moderar las expectativas inflacionarias y avanzar en los ajustes pendientes. Si bien no son escasos los desafíos que vienen, creemos que las medidas adoptadas van por el camino correcto. La secuencia inicial del modelo Macri ya mejora el clima de inversión, permitiendo una corrección al alza en nuestra proyección de crecimiento para 2016 de -0.8% a +1% i.a.

Concretamente, tal como lo comentamos en el Analytico#349 (“Ahora inflación y paritarias”) el gobierno logró un gran avance con la salida del cepo. En este sentido, el acuerdo con el agro para acelerar el ritmo de liquidaciones y la ingeniería financiera para que el BCRA pueda recuperar reservas internacionales a través de operaciones Repo con bancos del exterior desató el “nudo cambiario” que habían generado las restricciones previas.

El ajuste del tipo de cambio oficial cambia sustancialmente la dinámica que mostraba el mercado cambiario, con más oferta y menor demanda. Sin cepo vuelve el financiamiento comercial y se reduce el riesgo para los depósitos en moneda extranjera, una nueva fuente de divisas para el BCRA (recordemos que el efecto del cepo fue que los depósitos privados en moneda extranjera cayeron a la mitad y, al estar encajados en el BCRA, eso se reflejó en un menor stock de reservas). Consciente de que esta situación no es suficiente y que difícilmente se puedan corregir en el corto plazo los problemas de competitividad del sector externo, el gobierno da señales de buscar una salida al conflicto con los holdouts. Este es un punto clave, pues sin la liberalización de la cuenta financiera, volverán las tensiones cambiarias. Nuestro escenario base apunta a lograr que en el primer trimestre del año el juez Griesa reponga el “stay” (esto implica que Argentina pueda seguir pagando su deuda reestructurada sin ser alcanzada por embargos) y ya para el segundo trimestre se alcance un acuerdo que permita normalizar el balance de pagos.

La normalización financiera le está quitando presión al tipo de cambio en estas semanas. Si se agrega un esperado programa monetario que apunte a moderar la asistencia financiera al fisco y la expansión monetaria, con un INDEC con estadísticas creíbles, será posible moderar las expectativas de inflación. Aunque será difícil evitar una caída del salario real en los primeros meses de 2016, un proceso creíble de desinflación permitirá estabilizar ingresos a partir de la segunda mitad del año. La caída del consumo privado y del gasto público serán más que compensados por la mejor performance de las exportaciones y, en especial, de la inversión.

En cuanto a las ventas externas, si bien el tipo de cambio real aún está lejos del que supo alcanzar hasta 2011, incluso peor por la devaluación del real brasileño, la eliminación de las retenciones para la mayoría de los productos exportables (salvo para las del complejo sojero que bajaron 5 pp.) permitirá quebrar la tendencia declinante de los últimos años; prevemos un repunte del orden del 5% en las expo totales, impulsadas principalmente por las ventas del agro y de las economías regionales.

Pero sin duda, será la inversión la variable que liderará el crecimiento en este nuevo ciclo. Estimamos que 2016 será un año donde se acelerará el ingreso de capitales para financiar proyectos de inversión, especialmente en sectores estratégicos como el energético y en infraestructura, que durante la gestión kirchnerista tuvieron su “década perdida”. La dinámica irá de menor a mayor; esperamos un incremento del orden del 7% i.a. a partir del derrame de la construcción.

Con estas hipótesis corregimos al alza nuestras estimaciones para 2016. El tipo de cambio oficial terminaría el año por debajo de $15 y la inflación se ubicaría en torno al 30% i.a., limitando cualquier intento de ganancia de competitividad por la vía del tipo de cambio. En cuanto al nivel de actividad, tras un primer trimestre levemente contractivo (-0,5%) por el peor trimestre para el consumo privado, a partir del segundo comenzará el repunte, con alzas de 0,7%, acelerando a 1,5% en el tercero y a 2,1% en el cuarto. En promedio, 2016 mostrará un leve crecimiento del PBI, del orden de 1%, dejando un buen arrastre para 2017.

Si bien la Argentina cuenta con un enorme potencial de crecimiento, las “tasas chinas” quedaron en el recuerdo; el objetivo principal de esta nueva etapa es regenerar los cimientos para una economía sana y que aproveche todos sus recursos naturales y humanos para potenciarse y dejar atrás una historia económica caracterizada por una enorme volatilidad. Es hora de cambiar en serio.

graf1