Analytica

ATENTOS, PERO CALMOS

El BREXIT fue un shock político. Tomó por sorpresa a los mercados financieros y provocó un fuerte sacudón. El resultado del referéndum pone de manifiesto la delicada situación política y social del viejo continente. En las próximas semanas, se vendrán medidas de contención de las autoridades pero el virus de la volatilidad está instalado. Aunque complica el escenario de la Argentina en el corto plazo, este contexto no modifica nuestra visión de fondo: se mantendrá el ingreso de capitales que permitirá recomponer la inversión y suavizar el ajuste fiscal.

Gran Bretaña (GB) pateó el tablero. El 52% de los ingleses, en su mayoría de mayor edad, votaron por dejar la Unión Europea (UE). A diferencia de otros países europeos como Grecia que padecen una economía con muy bajo crecimiento, elevado desempleo y fuerte desequilibrio fiscal, GB tiene indicadores económicos más saludables: entre 2010 y 2015 el PBI creció 1,8% por año (vs 0,8% i.a. de la eurozona), un déficit fiscal en torno de 3% del PBI y la tasa de desocupación es de apenas el 5%, una de las más bajas del mundo. El problema de fondo es que hay un sentimiento de “hartazgo” de los británicos respecto al modelo Europeo y apelan a una mayor autonomía frente a las decisiones adoptadas por Bruselas. Esto potenciado por los beneficios sociales que obtienen los inmigrantes a través de los “Tax Credits”. El resultado del referéndum fue tan inesperado como trágico para los mercados: la libra esterlina y la bolsa de Londres se derrumbaron 10% y contagiaron a todos los mercados que tuvieron un día de “fligth to quality”. El mayor riesgo de este escenario es el de contagio a otros países de la región en los que la debilidad de los indicadores sociales y los problemas de inmigración nutren las posturas políticas más nacionalistas y populistas.

Si bien fue un gran “balde de agua fría” para las expectativas, esperamos que con el correr de los días vuelva calma. Los británicos decidieron no seguir en la UE pero ahora se viene la letra chica: según el artículo 50 del tratado europeo se establece que deberán negociar dos años un acuerdo de retirada. Al mismo tiempo, tanto la FED como los demás bancos centrales seguramente comiencen a intervenir con más inyección de liquidez y acuerdos swaps de monedas. Así, esperamos que el pánico se vaya diluyendo aunque el virus de la volatilidad estará presente.

Pese a este contexto internacional más incierto y volátil, los fundamentos para la Argentina no han cambiado, aunque en el corto plazo sentiremos el “sacudón” de los mercados. Ni los proyectos de inversión, ni las necesidades de financiamiento de las empresas y gobiernos ni el éxito del blanqueo están en riesgo. Lo que puede variar es la intensidad y el monto, pero en términos generales Argentina seguirá apostando a la apertura financiera para financiar el desequilibrio de la cuenta corriente.

De hecho, de acuerdo a los datos recientes del INDEC, durante el primer trimestre del año el saldo de la cuenta corriente alcanzó un déficit de USD4,000 M, casi USD1,000 M menor al del mismo período del año pasado. Como lo venimos comentando, esta mejora obedeció al mejor resultado de la balanza comercial producto de la muy buena performance de las exportaciones del agro que más que compensaron la caída (aunque moderando en el margen) de las ventas de productos industriales y combustibles y de la recuperación de las importaciones. A esto se sumó que la devaluación y caída en el nivel de actividad impactaron de lleno en las utilidades de las empresas multinacionales y ello permitió reducir el déficit estructural de la cuenta de rentas. Pero lo más importante fue el récord de USD7,500 M en el superávit de la cuenta financiera, reflejo de la acertada decisión de salir del cepo y cerrar las negociaciones con los Holdouts. Al respecto, pese a la aceleración en la formación de activos externos por la liberalización del mercado cambiario, los préstamos de bancos al BCRA, sumado a las emisiones de deuda de las provincias y de las propias empresas fueron más que suficientes para abastecer la demanda y le permitieron al BCRA acumular USD3,500 M de reservas internacionales.

La mejora en las cuentas externas continuó en el segundo trimestre gracias al mejor desempeño del saldo comercial y mayor ingreso de capitales por las emisiones de las provincias y empresas. De hecho, entre mayo y abril el superávit comercial alcanzó a USD750 M, 67% más alto al del mismo período del año pasado gracias a que las importaciones bajaron 6% i.a., el doble de lo que lo hicieron las exportaciones.

Así las cosas, pese a la mayor volatilidad que tendremos en los próximos meses en los mercados financieros internacionales, no esperamos que esto cambie la dinámica que mostrarán las cuentas externas. El ingreso de capitales será clave para apuntalar el financiamiento de la inversión y contener la presión cambiaria.

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