Analytica

CONVERGIENDO AL 4%

Preocupado por las señales “mixtas” de la inflación de junio, en las últimas dos licitaciones el BCRA dejó sin cambios las tasas de interés de referencia. Si bien los datos del INDEC obligan a mantener la prudencia, creemos que el proceso de desinflación se consolida y con ello el BCRA deberá acompañar dicha tendencia con tasas de interés más bajas. La incógnita pasa a ser la velocidad de convergencia a la tasa de interés real del 4%.

Concretamente, desde que en la licitación del 5 de julio el BCRA bajó la tasa en 50 pb hasta 30.25% para las letras a 35 días, acumulando una reducción de 750 pb desde fines de abril. Pero en las dos últimas licitaciones la dejó sin cambios. Bajo la mirada de la autoridad monetaria, la aceleración de  2.7% a 3.0%  de la inflación “core” del IPC AMBA que publicó el INDEC (es el índice que utiliza como parámetro el BCRA) fue ratificada por la medición de la Ciudad de Buenos Aires (subió de 3.3% a 3.6%) lo que obliga a mantener la cautela.

Como lo anunciara el propio presidente de la entidad, el objetivo principal del BCRA es reducir la inflación a 1.5% para el último trimestre del año. Para lograr este objetivo, fijará la tasa de interés de las LEBACS a 35 días de manera que sea superior a la inflación esperada para ese período, neto de factores transitorios (lease la inflación “core”). De acuerdo a Sturzenegger, la meta es lograr tasas de interés reales del orden del 4%. Pero la meta se encuentra con dos desafíos: en primer lugar, la “inflación esperada” que mira la entidad surge del Relevamiento de Expectativa de Mercado (el REM) que todavía no está muy aceitado y, no menos importante, aún el INDEC no dio un definición precisa del IPC Core ni publicó la apertura completa del índice con las ponderaciones correspondientes de manera de aislar los aspectos transitorios de los permanentes. Esto último impide una lectura homogénea de la tendencia de la inflación.

El dato de junio fue un golpe para la credibilidad del BCRA pues con la inflación subiendo al 42% (3% anualizado), quien apostó a la LEBACS de corto plazo perdió pues rindió  34.25% (resultado de la licitación del 28 de mayo). Ya con la publicación del REM, y habiendo pasado la peor etapa de movimiento en los precios relativos, el BCRA tiene un tablero de control más nutrido: para julio se espera un alza del 2.2% en el IPC Core INDEC, lo que implica una tasa anualizada de 30.5%, es decir muy próxima a la tasa de Lebacs de corto plazo.

¿Cómo sigue? Tal como lo describimos la semana pasada en el Analytico #379 (“La inflación baja”) consideramos que el proceso de desinflación continúa. Más aún, creemos que la aceleración en la core registrada en el IPC AMBA y en CABA obedeció a cuestiones de definición (por ejemplo, en la de CABA no considera las prepagas dentro de “regulados”) y que no marcan tendencia. Esto lo confirman los datos de las mediciones en el interior del país en los que se observó una clara desaceleración de precios.  Incluso, los indicadores de “alta frecuencia” que sigue el BCRA (como el índice PriceStats que hace relevamiento de precios diarios con mediciones online) están marcando que julio un alza inferior al 2% mensual. Nuestra estimación apunta a un alza del 2.5% en el IPC general y 2.2% para la core de AMBA.

Con julio ya “jugado” y dado que conoceremos el resultado a mediados del mes próximo, el BCRA debería basarse en las últimas estimaciones del REM que marcan para agosto un alza del IPC de 25% anualizado (1.9% mensual) lo cual le da espacio al BCRA para volver a bajar la tasa. En definitiva todo dependerá de cuán rápido quiera llegar a la tasa de 4% real. Si se cumple el objetivo de terminar el año con una inflación del 20% (1.5% mensual), el piso de las tasas de interés de corto plazo será del 25%.

Así las cosas, confiamos en nuestro escenario base de consolidación de la desinflación en el segundo semestre. Lógicamente con la volatilidad propia de una economía que aún no culminó el acomodamiento de precios relativos y en la que la decisión de la justicia de suspender el ajuste de tarifas supone un condimento de volatilidad extra. En el marco de estabilidad cambiaria y sin nuevos ajustes de tarifas, esperamos un camino descendente gradual de las tasas de interés.

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