EL BARRO DE LA POLÍTICA
El fallo de la Corte Suprema generará complicaciones económicas para el Gobierno aunque, en principio, y mientras la situación no escale judicialmente, serían manejables para el equipo económico pues no alterarían significativamente las tendencias macroeconómicas en curso. Pero, ¿cómo impacta en la política la sentencia del Máximo Tribunal?
Si bien el contenido del fallo era predecible según la opinión de los juristas, sorprendió al Gobierno. En la Casa Rosada creían que en las consideraciones de los jueces primaría, por sobre el procedimiento, la necesidad de ajustar las tarifas luego de una larga década de congelamiento y elevada inflación. El Gobierno pecó de ingenuidad y voluntarismo. Ahora, deberán recalcular y afinar la estrategia para sortear con éxito la incógnita que se avecina: las audiencias públicas.
Más allá de que lograron pasar con éxito varias pruebas (por ejemplo, los holdouts en el Congreso) en las que fue necesario el concurso de la oposición, en la mesa chica de Cambiemos hay un malestar creciente con la dirigencia política opositora y eso explica las recurrentes menciones del Presidente a “quienes ponen palos en la rueda” y “no quieren que se solucionen los problemas del país”. ¿Nace un antagonismo y, acaso, un relato amarillo?
El Gobierno, hasta ahora, más que pensar en un relato puso sobre la mesa una agenda de cambio de todas las políticas públicas vigentes en la última década. El plano del discurso quedó circunscripto a destacar lo que se evitó (“íbamos camino a ser Venezuela”) o la pesada herencia en todas las áreas.
Pero para sostener los actuales niveles de imagen que tiene el Presidente y mantener elevadas las expectativas sobre el rumbo del país, es imprescindible que las buenas noticias económicas aparezcan pronto. En 2017 habrá elecciones legislativas; el oficialismo necesita consolidarse como la primera fuerza política para transitar los dos últimos años del mandato presidencial sin sobresaltos. Todos, incluidos los inversores potenciales, quieren ver eso. Allí, el interbloque de Cambiemos puede crecer en ambas cámaras y la provincia de Buenos Aires puede hacer el mayor aporte en ese sentido ya que el oficialismo no tiene actualmente a ningún senador y sólo tendrá que renovar 6 de las 35 bancas que se elegirán.
El oficialismo tiene con María Eugenia Vidal una figura de mucho peso en la provincia, pero es un distrito atípico, donde la presencia de Sergio Massa procura presentarse como una figura de equilibro que le da mucho rédito en términos de imagen personal. Aunque, podría complicar su posicionamiento electoral porque los votantes exigen una definición clara ante la opción Gobierno-oposición.
Finalmente, la CGT comenzó el proceso de reunificación y la pregunta que surge es si ese paso inspirará a un peronismo fragmentado a recorrer el mismo camino.