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OBLIGADO A CERRAR

La caída en el nivel de actividad, las rebajas impositivas y el paso en falso por las tarifas de gas generaron un importante deterioro en las cuentas públicas. La “otra brecha” se amplió notablemente en los últimos seis meses y disparó el déficit fiscal. Para cumplir la meta trazada a principios de año, el Tesoro deberá lograr mejorar la dinámica de los ingresos y poner un freno al gasto. La supervivencia del plan gradual dependerá del impuso que le dé la reactivación a la recaudación y de la voluntad de reducir el gasto.

Como lo destacamos en informes anteriores, luego de que en los primeros cinco meses del año el gobierno había logrado una saludable convergencia entre el crecimiento de los ingresos y del gasto primario, desde junio que “la otra brecha” volvió a tomar protagonismo. Concretamente, mientras que entre enero y mayo los ingresos del Tesoro aumentaron 31% i.a., 4 pp por encima de lo que lo hizo el gasto, entre junio y octubre último el gasto primario se aceleró al 36% i.a. en tanto que los ingresos moderaron su dinamismo al 23% i.a. La peor performance se registró en octubre, mes en el que el gasto aumentó el doble que los ingresos.

El menor dinamismo de la recaudación en los últimos seis meses obedeció principalmente al impacto que tuvieron las rebajas de retenciones (de subir 20% i.a. pasaron a caer 30% i.a.) y a la modificación en el impuesto a las ganancias (de 15% al 8% i.a.) en tanto que los demás tributos mantuvieron el crecimiento en torno al 35% i.a. Por el lado de las erogaciones, la aceleración fue por el fuerte repunte que tuvieron las transferencias a las provincias (explicado por la devolución del 15% de la coparticipación) y en los subsidios económicos que, luego del paso en falso que tuvo que dar el gobierno con las tarifas de gas, en los últimos meses aumentaron al 50% i.a. (vs 14% entre enero y marzo).

Con este resultado, el balance fiscal de lo que va del año enciende luces amarillas. El déficit primario en los primeros 10 meses llegó a casi $380.000 M, 60% mayor al del mismo período del año pasado, y asciende a $430.000 M contabilizando los intereses pagados. En otros términos, el déficit fiscal en relación al PBI subió de 4.2% al 4.9%. Para cumplir la meta fiscal trazada por el gobierno (déficit primario de $360.000 M -o 4.8% del PBI-), en los últimos dos meses del año el Tesoro tendrá el desafío de cerrar “la otra brecha”. Si bien luce complicado, hay cuestiones puntuales que podrían facilitarle el camino: en primer lugar, ya con la corrección tarifaria establecida a partir de octubre, esperamos que el gasto en subsidios económicos se modere y por el lado de los ingresos, el blanqueo de capitales puede ser el socio ideal.

Así las cosas, si bien creemos que el gradualismo es el camino menos nocivo a la convergencia fiscal, en un contexto en el que la actividad no repunta y el escenario internacional eleva el costo de financiamiento para los mercados emergentes, el gobierno deberá acelerar el ritmo de reformas en pos de mejorar las cuentas públicas y poner toda su energía en reactivar la economía. Aunque las ventanas de financiamiento siguen abiertas, fallar en el intento le quitará tiempo y aumentaría el mapa de riesgos del país. El tiempo de gracia ya se consumió.

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