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LA SALIDA DE PRAT GAY: CONTINUIDADES Y CAMBIOS

Por: Julio Burdman

El pedido de renuncia del Presidente tomó por sorpresa al ministerio de Prat-Gay. El viernes 23 había mantenido con su equipo una reunión de programación del año que comienza, dando por sentada su permanencia en el cargo. El Jefe de Gabinete, Marcos Peña, quiso que no queden dudas: afirmó que lo sucedido fue una decisión de Macri. Tomada desde una mesa chica del gobierno, que Prat-Gay no integraba. Y dejó implícita la idea de que había diferencias de criterio con algunas de las decisiones del ministro en los últimos meses. Prat-Gay, por su parte, también expresó en varias oportunidades sus diferencias. Desde los tiempos tempranos del tarifazo energético.

La impronta presidencial de la decisión, tal como fue comunicada a la sociedad, y el hecho de que la cartera de Finanzas Públicas será subdividida en dos (Hacienda y Finanzas) confirman algo evidente desde los inicios de la gestión: Mauricio Macri no sustituye a Prat Gay por un perfil de «superministro centralizador», modelo Cavallo o Lavagna, como el que algunos pedían. La preferencia del Presidente sigue siendo por ministros técnicos, gerenciales, que implementan las directivas que le son encomendadas desde la mesa chica de gobierno. La política vive en el directorio («mesa de coordinación de gobierno»), que es esa mesa chica, con algunos integrantes estables y otros variables. El estilo presidencial no cambia; de hecho, lo que probablemente deje este cambio sea un gabinete más homogéneo y alineado con la decisión presidencial.

El otro elemento de continuidad es el ascenso de de Luis Caputo al rango de Ministro. Caputo llevó adelante las negociaciones para el regreso de la Argentina al mercado internacional de capitales, y es uno de los artífices del nuevo modelo de financiamiento externo. El cambio, con la llegada de Nicolás Dujovne a Hacienda, viene por el lado fiscal.

Dujovne asumirá con un Presupuesto 2017 ya cerrado, y con un ministerio con pocas mandíbulas propias, dentro de un equipo económico integrado por siete ministros, dos coordinadores generales, un Jefe de Gabinete influyente, y un Presidente que es la fuente última de todas las decisiones. Por su estilo y sus habilidades como analista, seguramente será una voz influyente dentro de este equipo, una cabeza pensante que expondrá sus propias visiones acerca de la marcha de la macroeconomía. También, Dujovne venía siendo, en los últimos meses, una voz crítica de la política fiscal. No podemos asegurar que su aterrizaje en el gabinete vaya a implicar un giro drástico, ni inmediato. Pero se trata, sin dudas, de un dato relevante.

En una columna publicada tres semanas atrás, Dujovne planteaba una tesis central: que el primer año de la política económica tuvo un enfoque general acertado y metas fiscales laxas como consecuencia de las restricciones políticas y sociales que enfrentó un gobierno de minoría parlamentaria y sin control de la calle. Es decir, una política fiscal «insatisfactoria» aunque «políticamente entendible». Pero, advierte, ese rumbo necesita ser replanteado a partir del triunfo de Trump. Antes de asumir (el próximo 20 de enero), The Donald ya implicó un aumento de 1,8% a 2,3% de la tasa de interés a 10 años, la interrupción de las emisiones de deuda soberana de países emergentes en el mercado de Nueva York, e incertidumbre sobre cuál será la tasa de inflación de los Estados Unidos para los próximos cuatro años. En este contexto, Dujovne prescribía tres caminos para la Argentina a partir del cambio en el mundo: «ajustar su déficit, recurrir al mercado de crédito local desplazando parcialmente al sector privado, o utilizar fondos de organismos internacionales como el FMI.» No decía claramente cual prefiere, aún cuando agregaba que obtener un crèdito del FMI de 25,000 millones era una meta factible. Pero advertía que uno de ellos sería materia obligatoria.

Por lo tanto, más allá de los roces dentro del gabinete, y del malestar en la mesa chica del gobierno por el rol de Prat-Gay durante el cuasi-conflicto político por el proyecto de Ganancias, lo cierto es que Macri lo está reemplazando por un ministro que trae un diagnóstico de giro necesario para el segundo año de la gestión económica. Sin dudas, más allá de las especulaciones políticas y palaciegas, este es el dato clave: Dujovne llega para que haya cambios en la política económica.

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