Analytica

JUGALE AL 3

De la mano de los mayores ingresos por el blanqueo de capitales el gobierno tiene la chance de acelerar el gradualismo fiscal para disipar las dudas en cuanto a las sustentabilidad de las cuentas públicas. La meta fiscal prometida para este año es cumplible pero no libra al nuevo equipo económico de acelerar las reformas en cuanto a la cantidad y calidad del gasto. Con la economía en recuperación y contando con ingresos extras, es una excelente oportunidad para avanzar en una reforma fiscal integral, eliminando los clásicos parches e impuestos distorsivos.

La semana pasada el gobierno eliminó el impacto inicial de la salida de Prat Gay adelantando que el blanqueo de capitales superó todas las expectativas. Como adelantamos en el Analytico pasado (“Blanqueo salvador”), los resultados del sinceramiento fiscal iban a ser mucho mejores a los del consenso y en nuestro caso en particular preveíamos un número en torno a USD100,000 M. De hecho, al informar sobre la recaudación de diciembre, la AFIP anunció que en la primera etapa se llevaban contabilizados USD97,000 M. Consideramos que por el efecto manada esperamos otros USD30,000 M en la segunda etapa hasta marzo. Sin dudas fue un éxito y le permite a la gestión económica “tomar aire”.

De acuerdo a lo informado las autoridades, la mayor parte de los que blanquearon lo hicieron a través del pago de la penalidad del 10% (en moneda local y a un tipo de cambio de $14,9) con lo cual tendremos un fuerte impacto en la recaudación. De hecho, en la misma conferencia el titular de la AFIP adelantó que llevaban recaudado $107,000 M, pero esta cifra queda muy chica considerando que implica un blanqueo implícito de USD70,000 M y dado que aún había mucho por pagar. En otros términos, considerando en todo el sinceramiento fiscal, el Tesoro tendrá un ingreso extraordinario de entre $150,000 M y $190,000 M (2,5%). Como una primera aproximación el impacto del “día después” sobre los flujos anuales de la recaudación no superarían los USD2,000 M por año (0,4% del PBI). Esto es mucho más que suficiente para el pago de sentencia ($90,000 M) de la Ley de Reparación Histórica.

Los ingresos extraordinarios del blanqueo le permitirán al Tesoro cumplir con creces la meta fiscal de 2016 y 2017. Concretamente, previendo que se contabilizan la mitad de los ingresos del sinceramiento en el ejercicio fiscal de 2016, aún asumiendo un fuerte repunto en el gasto en diciembre (50% i.a. vs 32% i.a. en los once meses previos), el salto de casi 90% en los ingresos permitirán cerrar el 2016 con un déficit primario de 4% del PBI ($315,000 M), muy por debajo de la meta de 4,8% establecida y 0,2 pp inferior a la del 2015 (sin considerar la deuda flotante de 1,1% del PBI que había quedado de la gestión kirchenista).

Para este año, asumiendo que se cumplen los supuestos del Presupuesto, con los ingresos extras que comentamos previamente el déficit podría reducirse otro 1% del PBI hasta el 3,1% del PBI. Este escenario podría mejorar más aún si tenemos en cuenta el rebote del 5% i.a. que Analytica proyecta en el nivel de actividad para este año.

Vale destacar que si bien el desequilibrio fiscal de este año será mucho menor al planteado por el Presupuesto, el cambio en las necesidades financieras dependerá del avance que tenga la ANSES en el pago de las sentencias. Aún suponiendo que cumple con la totalidad, las necesidades del Tesoro prácticamente no se alteran.

Así las cosas, insistimos en ver al blanqueo de capitales como una gran oportunidad para el que el gobierno haga sintonía fina entre reducción de carga impositiva y recorte de gasto de manera de llegar a la meta de equilibrio fiscal. La sustentabilidad de las cuentas públicas es un aspecto clave para que la Argentina pueda seguir reduciendo el costo de financiamiento y converger a los niveles de economías comparables de la región.

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