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LA RESTRICCIÓN EXTERNA NO SE FUE

El BCRA aprovecha de la Pax Cambiaria que logró a partir de la fuerte devaluación y suba de tasas de interés a mediados de enero. El tipo de cambio oficial se mantiene prácticamente sin cambios, la brecha con el mercado paralelo se reduce, las expectativas de devaluación se corrigieron a la baja y las reservas internacionales al fin aumentan. Pero este comportamiento luce más transitorio que permanente. A medida que vaya menguando el ingreso de divisas de la soja, volverá la presión sobre el mercado cambiario y las reservas.

Concretamente, pasado el shock de la devaluación de enero, las reservas internacionales menguaron su caída en febrero y marzo gracias a la revalorización del oro, en tanto que el resto de las operaciones continuaron mostrando un saldo deficitario. La normativa para que los bancos reduzcan la posición en moneda extranjera tuvo efecto neutral sobre los activos del BCRA dado que fue un simple asiento contable. El alivio llegó en abril, cuando el BCRA logró aumentar las reservas internacionales en USD 1.200 M hasta llegar a USD 28.200 M. Lo más destacado de este resultado fue la compra de USD2.500 M por parte del BCRA -la más alta de los últimos 27 meses- monto muy superior a los USD 600 M que  adquirió en abril del año pasado.

Si bien el mes pasado las exportaciones del agro fueron por USD 3.500 M, casi el doble al mes anterior, es un monto habitual para esta altura del año -de hecho, es casi idéntico al registrado un año atrás-. La diferencia respecto al año pasado es el mayor ingreso de capitales por la emisión de deuda de YPF (USD 1.000 M en el último mes) además de los ingresos que viene realizando Chevrón (USD 400 M). A su vez, estimamos que el déficit de la cuenta viajes se redujo a la mitad.

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Por su parte el saldo comercial liquidado se mantiene relativamente sin cambios dado que las exportaciones del complejo sojero compensan la pobre performance de los demás sectores, en tanto que las importaciones continúan limitadas.  En los próximos dos meses esperamos que se mantenga esa tendencia dada la “temporada alta” de liquidación de las exportaciones de la soja, en un año de cosecha récord y muy buenos precios. Respecto a esto último, vale destacar que a diferencia del año pasado, las expectativas para los precios de la soja en el mediano plazo son bajistas lo que podría acelerar la liquidación de la cosecha.

Pero a medida que vaya aflojando el ritmo de las liquidaciones del complejo sojero, la Pax Cambiaria lograda volverá a estar bajo presión. La pobre performance del resto de las exportaciones, especialmente las de las manufacturas industriales y del complejo automotriz, limitarán la capacidad para aumentar la oferta de dólares. A su vez, la demanda de divisas irá en ascenso por la creciente necesidad de importación de combustibles y los pagos de deuda del gobierno.

En estas condiciones, si el plan del gobierno de ingresar a los mercados internacionales para lograr mayor financiamiento se demora, la suerte de las reservas internacionales dependerá de la evolución que muestre el saldo comercial. La negociación con el Club de París, el acercamiento al FMI y el acuerdo de YPF con Repsol son señales alentadoras pero los resultados no son inmediatos. Con pocas chances de que remonten las exportaciones en el corto plazo, y ante la mayor necesidad de compras de combustibles, todo el ajuste recaerá sobre el resto de las importaciones y por ende en el nivel de actividad. La restricción externa sigue en pie.