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EL «FIFTY FIFTY» Y LA POBREZA CERO

Recientemente INDEC difundió los datos de la distribución funcional del ingreso, la cual da cuenta de la participación de los diferentes actores en el valor agregado total antes de incluir impuestos. De este informe se desprende que la participación del trabajo alcanzó 52% del PBI un anhelo de la gestión anterior. Esto puede explicarse, entre otras cosas, por la elevada participación de los servicios y la construcción en el empleo asalariado; todos estos sectores intensivos en la utilización de mano de obra. Sin embargo, estos valores están por debajo de los observados en países desarrollados, incluso sin tomar en cuenta aquellos con abundancia relativa de recursos naturales cómo los nórdicos. A su vez, todos estos países (a excepción del Reino Unido) muestran un buen desempeño de las cuentas externas; lo que sugiere que el esquema es sostenible en el largo plazo.

Una mejora en la participación del trabajo es un objetivo deseable de política económica ya que implica una reducción sostenida de la pobreza (en la Argentina la pobreza bajó de 58,5%[1] al 30,3% mientras que la participación del trabajo creció del 34% al 52% entre 2003 y 2016). Una forma de lograrlo es a través de un aumento en la participación de los servicios “dinámicos” (i.e. aquellos que son pasibles de ser exportados) en detrimento de la industria en general y de los transables livianos (i.e. textiles, calzado, etc.) en particular. El plan de transformación productiva lanzado por el Ministerio de producción apunta en esta dirección. Muchos de los sectores considerados “dinámicos” no sólo son intensivos en trabajo sino que tienen un alto grado de transabilidad; favoreciendo la sostenibilidad macroeconómica del modelo y mejorando la remuneración de los asalariados debido a su elevada productividad.

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[1] Estimación con canasta de INDEC 2017. Fuente: CEDLAS – UNLP

Dentro de los países europeos que superaran a la Argentina tanto en participación de los asalariados como en la ponderación de los servicios y construcción empleo podemos encontrar 3 grupos: los “muy” desarrollados (Suiza, Holanda, Francia, Reino Unido y Alemania), los desarrollados (Bélgica, Austria y España) y los que poseen abundancia de recursos naturales en términos per cápita (Dinamarca, Suecia, Finlandia y Noruega). Los países del segundo grupo, los más comparables a la Argentina, tienen en promedio un 85% de participación de los servicios y la construcción en el empleo y un 55% de participación en la masa salarial. A su vez, el resultado en cuenta corriente oscila entre 1% y 2%.

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La sustitución de transables livianos en favor de servicios dinámicos puede, como muestran los datos, conducir a un esquema macroeconómico sustentable y a un menor nivel de pobreza. Esto es así debido a que el sector servicios suele ser más intensivo en el empleo de mano de obra y ofrece mejores salarios; lo cual implica un incremento en la masa salarial por sus dos componentes (empleo y remuneración). A su vez, muchos servicios pueden ser comercializados internacionalmente y no son grandes demandantes de insumos importados por lo que la medida redundaría en un mejor desempeño en las cuentas externas como el observado en los mencionados países europeos. Finalmente, mayor masa salarial implica menor pobreza ya que el mayor nivel de empleo genera la inclusión de sectores postergados al circuito laboral y el incremento en la remuneración va de la mano de una mejora en los ingresos de las familias que se encuentran por debajo de la línea de pobreza.

Para implementar este tipo de medidas se debe superar la aparente segmentación del mercado laboral entre el sector servicios dinámicos y el de transables livianos. En este último sector se suele observar trabajadores informales y de baja calificación los cuales difícilmente puedan ser reconvertidos al sector servicios transables (i.e. software).

Mirando el desempeño de algunos países desarrollados el “fifty / fifty” alcanzado en 2016 puede ser tomado, junto con la reducción de la inflación, como el punto de partida hacia una sostenida reducción de la pobreza. Desafortunadamente, la reconversión de transables livianos genera efectos colaterales desde el punto de vista político debido a su elevada concentración geográfica (en el conurbano bonaerense). Por lo tanto, el proceso de reconversión debe ser gradual y acompañado con política de formación de los trabajadores a ser reconvertidos. A estas medidas se puede agregar subsidios al costo de traslado de los trabajadores los cuales pueden ser implementados mediante tarifas de transporte “social”.

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