Analytica

Crédito Pyme, se busca.

Recientemente el Ministro Caputo dijo que el Tesoro planea cubrir sus necesidades de financiamiento en el mercado doméstico. Este hecho sumado a la demora en la sanción (y posterior implementación) de la Ley de Mercado de Capitales y el progresivo “desmantelamiento” de las líneas de financiamiento productivo genera escasez de fondos para las firmas que buscan financiarse en el mercado local. A este escenario se suman elevadas tasas de interés debido a que el proceso de des-inflación está siendo más lento que lo esperado. En Analytica creemos que la coyuntura requiere un rol activo del Gobierno en la gestión de políticas públicas orientadas al fondeo blando de las firmas que buscan financiamiento local, en especial las PYMES, debido a su capacidad de generación de empleo.

El financiamiento “productivo” podemos dividirlo en 2 grandes grupos en función del tipo de entidad que otorga los préstamos: i) bancario ii) mercado de capitales. Aunque los niveles de crédito bancario son muy inferiores a los observados en América Latina (13% del PBI vs. 112% en Chile, 62% en Brasil), estos todavía representan valores muy superiores a los que se gestionan a través del mercado de capitales. Por Ejemplo, en el primer bimestre de 2018 el financiamiento a través del mercado de capitales alcanzó los U$S 2.400 mln mientras que el crédito bancario fue de USD 23.000 M.

La naturaleza de ambos tipos de instrumentos es muy distinta. Mientras que el financiamiento vía mercado de capitales ofrece más flexibilidad en términos de plazos y tipos de instrumentos, el financiamiento bancario es más ágil y estable. Sin embargo, tienen un rasgo en común; el magro desempeño observado en el comienzo de 2018. En efecto, el financiamiento vía mercado de capitales cayó 14% medido en dólares en el primer bimestre de 2018. El crédito bancario, por su parte, aumentó 23% para igual periodo, con la salvedad de que la porción de crédito bancario en dólares aumentó 43%, mientras que el financiamiento bancario en pesos (medido en dólares) aumentó 19%.

En tanto, el financiamiento bancario Pyme medido en dólares aumentó 10%, por debajo de la performance del resto de los tomadores de crédito (grandes empresas y personas físicas). El principal determinante es la desaparición de las líneas de financiamiento productivo en pesos (el 85% del financiamiento Pyme es en moneda local) y el reemplazo del crédito en pesos por dólares, que favorece a grandes empresas con ventas al exterior.

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Los motivos detrás de este comportamiento podemos encontrarlos en una “sucesión de eventos desafortunados”. i) Al cambio de metas le siguió una baja de tasas de referencia, lo que redundó en un incremento en la volatilidad nominal de la economía medida, por ejemplo, a través del comportamiento del tipo de cambio nominal. ii) El incremento en la volatilidad internacional, principalmente en la economía norteamericana, impactó en el apetito por riesgo de los inversores, en particular en la oferta de fondos en el mercado de capitales. A su vez, en este contexto, el Tesoro decidió buscar financiamiento en el mercado doméstico, desplazando a las firmas en la demanda de crédito. iii) el BCRA está desmantelando la línea de crédito productivo. iv) Los bancos públicos están orientando su capacidad prestable a las nuevas líneas de créditos hipotecarios, puesto que les resulta más rentable cultivar una relación de “largo plazo” con sus clientes.

¿Por qué el Gobierno debería interesarse en el financiamiento productivo, en especial a las PYMES? Sencillo: pobreza cero. Un mercado laboral más débil implica necesariamente mayores niveles de pobreza. Menos financiamiento “blando” al sector productivo implica menos empleo.  Las PYMES son las grandes generadoras de empleo en el país debido a su naturaleza. Su escala “pequeña” las hace intensivas en trabajo, lo cual resulta crucial en la actual coyuntura. Un crecimiento en torno al 2% para 2018, con una elasticidad empleo promedio de 0.5 implica que la generación de empleo estará por debajo del crecimiento de la población (superior al 1%). Si tenemos en cuenta que la tasa de empleo -la relación entre la oferta de trabajo y la población total- viene creciendo (pasó del 45.3% al 46.3% entre el 4to trimestre de 2016 y el 3ero del 2017, último dato disponible) resulta evidente que los actuales niveles de desempleo (8.7% promedio de los 3 trimestres disponibles para 2017) no son sostenibles a menos que el Gobierno tome un rol activo en la generación de empleo. Una herramienta es el otorgamiento de créditos blandos, con tasas de interés subsidiadas, a empresas con elevado potencial para generar valor agregado.

Actualmente el Ministerio de Producción cuenta con varias líneas de crédito para PYMES exportadoras o innovadoras. Sin embargo, el financiamiento bancario y / o a través del mercado de capitales resulta imprescindible teniendo en cuenta, por un lado el alcance nacional y el orden de magnitud de los préstamos bancarios, y por el otro la flexibilidad y diversidad de los instrumentos disponibles en el mercado de capitales. La media sanción de la Ley de Mercado de Capitales y la intervención en el mercado de cambios por parte del BCRA, ampliando la oferta de instrumentos disponibles y bajando la volatilidad del mercado respectivamente, son buenas noticias. En el corto plazo el gobierno debería no sólo seguir prolongando la vigencia de la línea de créditos productivos sino también ampliar su alcance.