Analytica

Buscando agenda política.

Por Observatorio Electoral consultores.

Los efectos de la desaceleración se hacen sentir. Y todo indica que en los próximos meses, se van a profundizar. El gobierno reconoce «dos o tres trimestres de recesión» en la segunda mitad del año, que podrían extenderse al verano de 2019. Y algunos alarmistas van algo más lejos.

En la opinión pública esto aparece reflejado. Además de la caída en las expectativas año contra año, y lo que se espera en materia de inflación y precio del dólar, también se ve en el panorama del consumo presente. En la encuesta nacional de la última semana de junio de Observatorio Electoral, sobre 1268 entrevistas telefónicas automatizadas, sólo 6,1% dice que su consumo personal y familiar es hoy mejor (en cantidad y calidad) que hace un año; 34,5% dice que es igual y 57,3% que es peor. Algo similar ocurre cuando se pregunta por expectativas para las vacaciones 2019.

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En este marco, el gobierno vuelve a apostar a la agenda política. En el mapa de los problemas prioritarios, las cuestiones socioeconómicas dominan las preocupaciones públicas: inflación, empleo, pobreza. La inseguridad, que en otra época figuraba entre los problemas más importantes, hoy ha perdido posiciones relativas. Sin embargo, siempre es un problema importante, porque los delitos siguen cometiéndose. Y es la política pública del gobierno nacional en la que los argentinos ven más cosas positivas.

El gobierno nacional, y en especial su Jefatura de Gabinete, han demostrado una habilidad para poner sobre la mesa de discusión los temas que capturan la atención social. El debate todavía en marcha sobre la ley de interrupción voluntaria del embarazo fue atrapante. Las encuestas mostraban, desde el comienzo, que era un tema reñido en la opinión pública, en Cambiemos y en la oposición. Y siempre lo será, pase lo que pase con la ley. Desde el discurso presidencial de apertura del año legislativo, arrancando marzo de 2018, la discusión es protagonista en las redes sociales. Ahora, Mauricio Macri ha puesto sobre la mesa otro tema controversial (no tanto como el anterior, pero controversial al fin): la participación de las Fuerzas Armadas en asuntos de seguridad interior.

Es un tema sensible por la historia argentina. Aunque no es cierto que sea nuevo. El Escudo Frontera Norte (el operativo de acompañamiento a la Gendarmería por parte de efectivos militares en zonas de frontera, como Salta y Formosa) existe desde el segundo gobierno de Cristina Kirchner. Hoy se ha vuelto a anunciar, junto a la modificación de un decreto reglamentario de la Ley de Defensa Nacional que abriría paso a otras actuaciones. En algunos medios se ha hablado, con algo de exageración, del «fin de la doctrina de defensa K». Pero no está clara, aún, cuál es la novedad. El gobierno, en un contexto de ajuste, no está dispuesto a reequipar a las fuerzas, ni a nada que implique más presupuesto o gasto. Pero detrás del anuncio estuvo el presidente Macri, con un  helicóptero de fondo, y una gran cobertura periodística.

No será la última movida del año en esta dirección. El Ejecutivo está buscando agenda política. Y eso siempre cae bien: muestra, cuanto menos, una vocación. El bolsillo no es lo único que mueve a la opinión pública. Pero cuando los problemas económicos se agravan, en poco tiempo el bolsillo se convierte en un tema excluyente, y no se lo puede parar.