Analytica

¿ENDEUDAR PARA NO AJUSTAR?

El gobierno enfocó toda su atención en evitar una crisis de balance de pagos y ordenar la transición al 2015. Pero poco avanzó para acomodar las cuentas fiscales. La devaluación, la suba de tasas de interés y la recesión están afectando más los ingresos que los gastos. Estos últimos muestran menor flexibilidad a la baja debido a la mayor carga por intereses y por importaciones de energía. De no mediar correcciones importantes en la política fiscal, el déficit fiscal de este año podría triplicarse. Es por ello que gobierno está obligado a buscar nuevas fuentes de financiamiento.

Concretamente, durante el primer trimestre del año el resultado fiscal marcó un rojo de más de $15.000 M, tres veces superior al del mismo período del año pasado. A esto se llegó producto de un déficit primario de $1.200 M y de pago de intereses por $13.800 M. Este resultado es más preocupante al considerar que el Tesoro recibió transferencias del BCRA y de la ANSES por casi $18.000 M.

Como comentamos en el Analytico 262 (7 de abril), el deterioro de las cuentas fiscales se debe a que los gastos crecen persistentemente por encima de los ingresos. En los primeros tres meses del año, la devaluación e inflación mejoraron los ingresos fiscales al marcar un alza del 36% i.a., casi 10 pp. superior al crecimiento que tuvieron en 2013, pero no fue suficiente dado que el gasto primario subió 41% i.a.. Además, la carga por intereses se duplicó en el último año.

La aceleración del gasto se dio en prácticamente todas las líneas, sólo se observó cierta moderación en las erogaciones por inversión pública. El gasto “inelástico” que comprende los salarios, jubilaciones, transferencias a provincias y subsidios sociales aumentó 39% i.a mientras que los que el gasto “elástico” subió 43% i.a., el mayor incremento desde el tercer trimestre del 2011, debido a la fuerte aceleración de los subsidios económicos, básicamente por los pagos de energía que aumentaron 60% i.a.

Analizando los resultados por dependencia, destacamos el continuo deterioro que vienen mostrando la ANSES. En los primeros tres meses año tuvo un resultado operativo, neto de las transferencias que le giró el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) por $3.400 M, mostrando una caída del 30% respecto al del mismo período del año pasado (incluso en marzo ya mostró saldo negativo). Esto se debe a que los ingresos ligados al trabajo crecen levemente por debajo a los gastos por jubilaciones a lo que se suma el fuerte incremento en los subsidios sociales que marcaron un alza del 73% i.a. en el trimestre (107% i.a. en marzo).

Quebrar esta dinámica no será fácil. Los ingresos suben poco y no le ganan a la inflación mientras que no esperamos una moderación importante en el gasto. De hecho, en abril y mayo la recaudación tuvo un leve repunte de la mano de los mayores ingresos por retenciones favorecidos por la devaluación en tanto que los ingresos ligados al consumo y al mercado laboral se desaceleran, creciendo por debajo de la inflación. En este sentido se destaca la pobre performance de la recaudación por IVA que en mayo último subió sólo 26% i.a., casi 15 pp. menos que en los cuatro primeros meses del año.

La floja performance de los ingresos, en un contexto en el que el gasto no muestra cambios importantes (la quita de subsidios para algunos servicios públicos es más que compensada por las mayores erogaciones por el pago de importaciones de energía), obliga al Tesoro a depender cada vez más del financiamiento del Banco Central. De hecho, en mayo último el stock de Adelantos Transitorios aumentó en $7.550 M, llegando a $193.350 M, 50% más alto al de un año atrás. De esta forma,  el Tesoro ya habría captado 83% del financiamiento total disponible por esta vía.

En este contexto, el intento del gobierno de normalizar la relación con los mercados financieros parece más una necesidad que una elección. Es una buena noticia en el corto plazo dado que podría relajar la restricción externa y abaratar el crédito. Pero para evitar los riesgos del pasado, es necesario que el Sector Público no lo utilice para evitar correcciones. De lo contrario, los problemas actuales seguirán limitando la posibilidad de alcanzar un crecimiento sustentable.

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