Analytica

Bonhomía reflexiva del FMI: conclusiones de su staff reports 2011 al 2017.

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El Mensaje

En una publicación de Joaquín Azaústre para El Día, hay una expresión dedicada al carácter de Manuel Pellegrini (ex DT del Real Madrid), …”esa densidad de hombre tranquilo, más proclive a cierta bonhomía reflexiva que al exabrupto mediático”… En esta ocasión tomaremos prestada la descripción para la revisión introspectiva que realizó el FMI.

De uno de los últimos “staff reports” del FMI se desprende una autocrítica importante. Después de evaluar los programas “stand by” vigentes entre 2011 y 2017, excluyendo a la Argentina claro está, los técnicos del organismo concluyen que han subestimado los efectos nocivos de las políticas de ajuste fiscal (sobre el crecimiento) y de las depreciaciones de la moneda doméstica (sobre el sendero de sostenibilidad de deuda). En términos de Pérez Azaústre, los técnicos del FMI muestran cierta bonhomía reflexiva respecto a las condicionalidades típicas asociadas a los préstamos otorgados por la institución.

¿Por qué sería esto relevante para la Argentina?. En 2022 y 2023 el país enfrenta importantes vencimientos de deuda con el organismo, fruto del adelantamiento de fondos solicitado por la Administración Cambiemos. Se requiere entonces una renegociación, ya que no es posible pensar que el país podrá solventar estos vencimientos los cuales equivalen a la totalidad de las reservas estimadas para fin de año. Dicha renegociación típicamente está asociada a condicionalidades que se revelan de múltiples formas.

Tradicionalmente el fondo requiere “reformas estructurales” asociadas a devaluaciones y más ajuste fiscal. Luego de rever los resultados de los programas entre 2011 y 2017, parece que hay espacio para un refinanciamiento de los vencimientos con otro tipo de condicionalidades, más asociadas a la composición del gasto público; y, por qué no, a una expansión fiscal. En este informe te contamos cuál puede ser el nuevo menú de opciones para las autoridades que asumirán en diciembre, todas ellas caracterizadas por un espíritu contemplativo impensado para las “viejas” autoridades del Fondo.

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A modo de conclusión

El FMI nos está dando una ventana de oportunidad. Hizo introspección y nos dice: ahora es por acá. Este nuevo camino no luce tan espinoso como imaginamos en una primera etapa. El fondo ha dado muestras de ser flexible y tener planes contingentes ante los decepcionantes resultados obtenidos en materia de crecimiento e inflación en Argentina. Es hora de tomar esa bonhomía y transformarla en esperanza para la Argentina. Todo depende de la capacidad de negociación. El primer paso ya lo dio el fondo al reconocer, en una postura reflexiva sin precedentes, que el ajuste recesivo no es un buen escenario, ni para el deudor ni para el acreedor. El candidato que mejor sepa transmitir esta posibilidad al electorado, creemos, tendrá altas chances de ser gestión en 2020.