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EMPEORA LA DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO

A un año de las presidenciales de 2015, los principales candidatos comienzan a cerrar alianzas a lo largo del país. En los comicios de 2011, la economía atravesaba uno de los años de mayor crecimiento, lo que sin duda influyó para que casi todos los oficialismos renueven sus mandatos. Sin embargo, las elecciones de 2015 se llevaran a cabo luego de dos años de recesión y alta inflación. En ese marco de mayor tensión social, la economía esta vez le jugará en contra a aquellos que buscan retener el poder.

Un estudio detallado sobre la evolución de los distintos niveles socio económicos (NSE) a nivel provincial y nacional, pone de manifiesto que durante el último año la situación de las familias empeoró dado que el ingreso total familiar cayó 5%.

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Actualmente es el NSE medio, seguido por el NSE bajo, el más afectado por la caída en el nivel de actividad y la aceleración en la inflación, a diferencia de lo sucedido en 2012 y 2013, cuando el ajuste recayó sobre los sectores de mayores ingresos.

Veamos; en esos años, el ingreso de los sectores bajos creció 1% mientras el de la clase media se mantuvo constante. Por su parte, el de los segmentos de mayores recursos se redujo 5%. Así, el impacto de la estanflación recayó sobre las familias de mayores ingresos. En esta dinámica la tardía corrección del mínimo no imponible a las ganancias y el aumento en las erogaciones de la seguridad social (AUH, jubilaciones, pensiones) fueron determinantes.

Por el contrario, en el primer semestre de este año el ingreso de las familias de los sectores de mayores recursos creció 10%, mientras en los sectores medios cayó 4% y en los de menor ingreso se redujo 1%.

En un análisis regional se observa que la situación es peor en el Área Metropolitana de Buenos Aires y la región Pampeana, donde vive el 65% de la población argentina; allí, el ingreso de las familias de bajos recursos se reduce 10% en el año, mientras el de la clase media lo hace 5%. Así las cosas, existe un empeoramiento en la distribución del ingreso puesto que aquellas familias del NSE Alto pudieron incrementar sus ingresos en 5%. La caída en el ingreso de las familias de clase media es una constante en todas las regiones del país, excepto en el Noreste.

A pesar de la heterogeneidad de las distintas regiones y las herramientas con que cuentan gobernadores e intendentes, está claro que la mayor parte de la población ya sufre los embates del mayor nivel de inflación y caída del nivel de actividad. De este modo, se pone en jaque la principal bandera del kirchnerismo: la mejora en la distribución del ingreso. El coeficiente GINI (mide cuanto se aleja la distribución del ingreso de los hogares de una distribución perfectamente equitativa) construido por Analytica en base a la EPH muestra que entre 2012 y 2013 no mejoró. Mientras la tendencia mostrada en la primera mitad del año permite proyectar, por primera vez desde 2004, un distribución del ingreso más regresiva.