Analytica

GOLPE AL CONSUMO

El pobre desempeño de la actividad económica en los últimos tres años golpea al consumo. Inflación alta, caída del salario real, pérdida de puestos de trabajo y aumento de la incertidumbre impactan en el consumo de las familias que exhibe la mayor caída desde 2002. El gobierno intenta compensar el ajuste con nuevos planes de estímulo, pero no ha logrado torcer el rumbo.

El consumo privado presenta la peor performance desde la salida de la Convertibilidad. El principal determinante fue la fuerte contracción de los ingresos de las familias dada la caída conjunta del poder de compra de los salarios y la destrucción de empleos, que se aceleró en el último trimestre (ver Analytico “Más inflación =Más desempleo”).

Entre 2003 y 2007 el salario real creció al 6% anual, bajó al entorno de 1% entre 2008 y 2011 (aunque con un fuerte repunte en 2011 cuando subieron casi 9%) y desde 2012 vienen desacelerando, incluso proyectamos para este año una caída superior al 6% i.a.

El golpe al bolsillo es palpable. La merma no sólo se concentra en bienes durables (autos, motos, electrodomésticos), sino que llega hasta alimentos. Concretamente, la venta de autos en los primeros 10 meses de este año cayó 35% (un año atrás crecían al 20% i.a.). Si bien es cierto que se mantiene en niveles altos, es uno de los peores años de las últimas dos décadas, sólo superado por 2001 y 2002 cuando las ventas cayeron casi 50%. La venta de electrodomésticos se redujo 12% respecto al mismo período del año pasado (vs un alza del 8% en 2013). Como es habitual, el consumo de alimentos no es tan volátil aunque no escapa a la tendencia general: presenta una retracción del orden del 2% i.a. (vs un alza del 1.5% en el mismo período del año pasado).

Ante este contexto, el consumidor no mejora sus expectativas. De acuerdo a un estudio de la Consultora W, la incertidumbre es el factor común en los consumidores. El 70% considera que sus ingresos se redujeron respecto al año pasado y ello se refleja en que 86% de los encuestados recortó los gastos del hogar. Hasta el año pasado, el consumo era la defensa contra la inflación (“ahorraban consumiendo”), ahora la mejor defensa es “recortar gastos” según surge de las encuestas.

De cara al 2015, con una inflación que difícilmente baje de 30% y con un mercado laboral muy poco dinámico, las chances de una recuperación de la demanda son acotadas, con o sin acuerdo con los Holdouts.

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