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EL PETRÓLEO LATE, LOS COMMODITIES TIEMBLAN

A diferencia de las demás materias primas, la evolución del precio del petróleo es determinante para la economía global. Si bien una energía más barata puede favorecer a los consumidores de las principales economías, estas caídas significativas del petróleo complican severamente a los productores, que en general, tienen una débil posición externa. Encontramos allí a Venezuela y Rusia. Esta última ya tuvo que iniciar el típico ajuste de balance de pagos (devaluación del 50% y suba de tasas de interés) por la fuerte caída de reservas internacionales. No escaparon a este contexto otros importantes jugadores como Brasil, México y Colombia que en los últimos tres meses devaluaron sus monedas más del 10%. Aumentan de este modo los temores de los inversores que reducen su exposición en emergentes provocando importantes caídas en las bolsas y un aumento de los indicadores de riesgo.

Así, aparece una suerte de  “efecto contagio” que presiona sobre las monedas de estos países, reforzando la tendencia a la apreciación del dólar que comenzó a principios de año. Todavía no están dadas las condiciones para una crisis como en la segunda mitad de los noventa; más aún, la clave es que a partir de las crisis de aquellos años, los emergentes fortalecieron sus reservas como mecanismo anticíclico para enfrentar períodos de turbulencia financiera. Sin embargo, la mayor inestabilidad financiera seguramente impactará de forma negativa sobre las perspectivas de crecimiento de las economías emergentes, y seguramente debilitará la demanda agregada global.

Así, la caída del precio del petróleo seguirá presionando a la baja a los demás commodities, tal como ocurrió en otros períodos de petróleo barato en el pasado. De acuerdo al estudio realizado por Analytica, en los últimos 25 años, la correlación entre el precio del petróleo y las demás materias primas es superior al 0,93 (de un valor de entre 0-1) y de 0,90 considerando sólo contral los precios de los alimentos.

El contexto global para la Argentina se complicó en los últimos dos meses. Precios más bajos de las materias primas y dólar fuerte a nivel global afectarán la performance de las exportaciones, que vienen en caída desde 2011. La caída de las ventas externas en los últimos 3 años, cercana a USD 10.000 M, no se originó por precios más bajos, sino por menos cantidades, síntoma de un importante atraso cambiario. El nuevo escenario dificulta aún más el difícil panorama que ya presentaba la economía. El gobierno apostará a anclar el tipo de cambio para moderar la inflación, pero el atraso cambiario y la falta de divisas se harán más evidentes, y podrán presionar el mercado cambiario paralelo y las expectativas inflacionarias.

Para 2015 estimamos que con el fortalecimiento del dólar, en especial frente al real brasileño, el Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) se aprecie más de 25% respecto de este año. Además de complicar las exportaciones, especialmente industriales, el atraso cambiario es un estímulo a las importaciones. Como lo comentamos en la nota anterior (ver “Las expo siguen cayendo), este contexto, sumado a la caída por precios de los commodites, determinarán una nueva caída de las exportaciones que totalizarían en 2015 USD 65.000 M, el nivel más bajo desde 2009, habiendo acumulado una merma de casi USD 20.000 M desde 2011 cuando llegaron al récord de USD 84.000 M.

Si bien por el momento los planes de inversión en Vaca Muerta se mantienen firmes (ver Analytico # 298, “Vaca viva, vaca muerta”), es un aspecto a seguir de cerca. No sólo por la importancia para mejorar el déficit energético futuro, sino porque es uno de los únicos sectores en condiciones de dinamizar las inversiones y generar ingresos de capitales.

La combinación de malas noticias globales y la falta de resolución de los problemas acumulados sobre la macro local convierten a la “pax” cambiaria con tipo de cambio fijo y a las reservas prestadas en apenas un parche.

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