Analytica

MENOS EXPORTACIONES, MÁS RECESIÓN

El continuo y acelerado deterioro de las exportaciones en un contexto de aislamiento financiero le quitan chances a una eventual recuperación económica. Así, a pesar del impacto “favorable” de la recesión en las cuentas externas por la caída de las importaciones, el superávit comercial se sigue reduciendo. Atraso cambiario, deterioro de la balanza energética y caída en los precios de las materias primas son los principales determinantes a la hora de explicar este deterioro; las exportaciones  caen ininterrumpidamente desde 2011. El bajo nivel de reservas y la pesada carga de vencimientos de deuda pública obligan al BCRA a defender al máximo el stock actual de reservas internacionales para evitar un nuevo salto devaluatorio, aunque al costo de una nueva contracción de la actividad.

Concretamente, en diciembre el superávit comercial fue de apenas USD74 M, 30% inferior al de un año atrás (que recordemos que también había sido muy malo) debido a la caída del 13% i.a. de las exportaciones, prácticamente lo mismo que las importaciones. Con este resultado, el último trimestre del 2014 cerró con un saldo favorable de casi USD900 M, 36% inferior al de un año atrás, acumulando en el año un superávit de USD6.700 M, USD1.300 M menos que en 2013 y el más bajo desde 2001. Vale remarcar que entre 2004 y 2011, en pleno shock de términos del intercambio (mejoraron 40%), el excedente comercial promedió los USD12.000 M anual.

En cuanto a las exportaciones, entre octubre y diciembre pasado profundizaron la tendencia declinante que mostraban en los trimestres previos (-10% i.a.) y cayeron 17% i.a., la peor performance desde el primer trimestre de 2009. Lo relevante es la merma del 12% en las cantidades, en tanto los precios ajustaron 5%. Síntoma de la falta de competitividad, las más castigadas fueron las ventas de manufacturas industriales que bajaron 21% i.a., con caídas en prácticamente todos los componentes. Así, en 2014 las exportaciones totalizaron USD72.000 M, casi USD10.000 M menos que en 2013.

Por el lado de las importaciones, si bien en el último trimestre mostraron una merma del 15% i.a., en línea con lo que venían mostrando en trimestres anteriores, se destacó la mayor caída de casi 20% i.a. de las cantidades mientras los precios repuntaron 5%. El deterioro en las compras de bienes del exterior fue generalizado en todos los rubros con excepción de combustibles que quebró la tendencia declinante de los dos trimestres anteriores y aumentaron 13% i.a. Con este resultado, en el año pasado las importaciones alcanzaron los USD65.300 M, lo que implicó un “ahorro” de divisas por USD8.400 M.

A pesar de la recesión y de la caída del precio internacional de petróleo, la balanza energética continuó empeorando debido al derrumbe de las exportaciones del sector. De hecho, el año pasado el menor nivel de actividad y las mejores condiciones climáticas permitieron reducir un 4% las importaciones, que llegaron a USD11.000 M, pero esto fue más que compensado por la caída del 20% de las exportaciones, determinada por los menores volúmenes en un contexto de precios de en baja. Así, el déficit del sector subió USD700 M hasta los USD6.300 M.

De cara a lo que viene, no vemos condiciones para que las exportaciones reviertan el deterioro. Además del atraso cambiario y una floja demanda desde Brasil, impactará cada vez más la caída en los precios de las materias primas agropecuarias. Nuestro escenario base apunta a que las exportaciones caerán por cuarto año consecutivo y alcancen a los USD65.000 M en 2015 (-9% i.a.), a niveles de 2010 y habrían acumulado una merma de casi USD20.000 M desde el récord de 2011, siendo el período más largo de caída en las exportaciones desde 1932.

Con exportaciones en baja, sin acceso al financiamiento externo, más allá del financiamiento que puede llegar desde China (que tiene resultado neutral, salvo los swaps) y con fuertes vencimientos de deuda, estimamos que el gobierno seguirá priorizando la estrategia de cuidar las reservas por sobre el nivel de actividad, con lo cual las importaciones seguirán siendo la variable de ajuste.

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