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UN PISO PARA LA INFLACIÓN, UN TECHO PARA LAS PARITARIAS

La inflación en baja da chances para que el consumo reaccione. La recuperación de la confianza del consumidor y el crédito despertando son condiciones necesarias pero no suficientes para consolidar la tendencia. Las paritarias y el impacto en el empleo serán determinantes para lo que resta del año.

La estabilidad cambiaria, la caída de la brecha, expectativas de devaluación contenidas, cierta moderación fiscal y el ajuste en el nivel de actividad fueron determinantes para bajar la inflación. En lo que va del año los precios minoristas aumentaron poco más de 5%, la mitad del año pasado y en línea con la dinámica de 2012 y 2013 debido principalmente a estabilidad en los precios de los alimentos y al no ajuste de tarifas. De esta manera, en los últimos 12 meses los precios subieron en torno de 28%.

En este contexto, con el mercado financiero viviendo su “belle époque” a la espera del cambio de gobierno y la inflación controlada, mejoró notablemente el ánimo de los consumidores, lo cual contribuyó también a la imagen del gobierno. De hecho, el índice de confianza del consumidor que elabora la Universidad Di Tella continua mejorando y en marzo alcanzó el nivel más alto de los últimos 3 años. Es una muy buena noticia para el consumo, que tras un 2014 para el olvido, comienza a dar señales de vida. Si bien las ventas no brillan, lo cierto es que dejaron de empeorar, aliviando el clima de la transición.

Pero para consolidar estas señales alentadoras del consumo, serán determinantes las noticias que lleguen del mercado laboral. En un clima sindical complicado, en el que ya se está gestando un nuevo paro por 36 horas, las negociaciones salariales no serán fáciles. Por un lado, los sindicatos buscarán recomponer la caída del salario real del año pasado, producto de la aceleración de inflacionaria, al tiempo que quieren ganarle a la inflación prevista para este año. Por otro lado, los empresarios buscarán limitar las subas en un marco de caída de la actividad. El gobierno, por su parte, no da señales de subir el mínimo no imponible al impuesto a las ganancias de manera de acercar las puntas. En este marco, el mayor “disciplinador” de las negociaciones es la caída en el empleo, en especial del sector privado que desde 2011 que no crece. Incluso en varias encuestas de opinión, la preocupación por el empleo está entre las más altas, superando a las de la inflación.

Así las cosas, la recuperación del consumo que esperamos será modesta. El gobierno seguirá expandiendo el gasto público y aumentando el déficit para darle impulso, pero al mismo tiempo presiona sobre la inflación. En este contexto, los salarios reales no tendrán el impacto negativo del 2014, pero al menos podrán jugarle de igual a igual a la inflación.

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