Analytica

LA BATALLA POR EL CENTRO

De cara a las PASO del 9 de agosto, hay cierto consenso entre los encuestadores de opinión pública: Daniel Scioli lidera, Mauricio Macri sigue de cerca y Sergio Massa todavía está tercero. Todo indica que se acerca la elección más reñida desde 2003. Vale recordar que CFK le sacó 22 puntos al segundo en 2007, nada menos que 38 puntos en las PASO de 2011 y que, en ambos años, ganó en primera vuelta. Hoy, esas diferencias no existen. El FpV no es tan rutilante como era y apareció un dirigente opositor que se acerca al 30% (y lo supera si se tienen en cuenta los guarismos que obtendrían sus partenaires en la interna: Elisa Carrió y Ernesto Sanz). Estamos, pues, en un escenario más competitivo.

Si, en efecto, estas tendencias son los que entregarán las urnas el 9 de agosto (la única encuesta verdadera) habrá una feroz batalla por lo que los politólogos denominan “el centro”, es decir, los votantes independientes que no son ni kirchneristas furibundos ni antikirchneristas a ultranza. Son sectores que estuvieron cerca del Gobierno en 2007 y 2011, pero se alejaron en 2009 y 2013. No buscan ni una continuidad a ultranza ni un cambio radical en las políticas públicas. Buscan, como dice el lema massista, “el cambio justo”. Con los extremos “asegurados”, estos votantes son los que decidirán de qué lado cae la moneda en octubre.

Tanto Scioli como Macri y eventualmente Massa, deberán apuntar hacia allí: el primero, para ganar en primera vuelta y, los segundos, para evitarlo y forzar un balotaje. En otras palabras, todos deberán buscar al mismo votante entre las PASO y las generales del 25 de octubre. Veremos, por lo tanto, mensajes parecidos: mantener lo logrado y avanzar sobre las asignaturas pendientes. Los tres candidatos principales se moverán aún más al centro, como ya lo han venido haciendo.

Si existe polarización, será un gran desafío para las terceras fuerzas (centralmente  hoy, para Una Nueva Argentina y, en menor medida, para Progresistas, el espacio que candidatea a Margarita Stolbizer) retener a sus votantes entre ambas instancias y evitar que Scioli y Macri les roben su tajada electoral. La capacidad de retención que tengan determinará si Scioli tiene chances de imponerse en primera vuelta (sacando más de 40% y una diferencia de 10 puntos sobre Macri o perforando el hoy lejano 45%) o si vamos, por primera vez desde 1994, hacia un balotaje.