Analytica

HACIENDO CUENTAS…

Daniel Scioli (DOS) obtuvo 38,4% de los votos afirmativos en las PASO y quedó a 1,6 puntos de los 40. Lo separan de esa marca (suponiendo que se mantiene el caudal total de votos afirmativos y el gobernador retiene sus 8,4 M de votos) apenas 350.000 votos. Una cifra exigua que hace pensar que DOS superará esa marca el 25 de octubre. Veamos. En primer lugar, los ganadores de las PASO en general reciben un “premio” del electorado en la próxima instancia. En 2011, por caso, CFK obtuvo en las generales 1,1 M de votos más que en las PASO. Asimismo, hay 3,5M de votantes huérfanos (es decir, que votaron por precandidatos que no superaron el corte de 1,5% o que perdieron sus respectivas internas) que deberán migrar, obligatoriamente, hacia otro candidato. Con que DOS capte apenas 10% de ese universo, ya estaría arriba del 40%. El universo del peronismo disidente (sumando las tres fórmulas que compitieron suman casi 5M de votos) le aportará varios miles de votos al FpV. Por último, un número importante de bonaerenses no fue a sufragar en las PASO (la tasa de participación electoral en la provincia fue más baja que el promedio histórico) y en el sciolismo suponen que ese caudal adicional se volcará mayoritariamente a DOS el 25 de octubre.

Entonces, si el candidato del FpV supera el 40% en octubre, la gran pregunta es a cuánto quedará Mauricio Macri (MM) quien hoy sigue apareciendo en segundo lugar. El artículo 98 de la Constitución es claro: si le saca más de 10 puntos, Scioli se convertirá en el nuevo Presidente electo el 25 de octubre.

Para evitar ese desenlace, MM debe sumar unos 2M de votos más a su caudal propio (5,3M) y, obviamente, esperar que Scioli no supere el 45%, un escenario que todavía parece lejos (DOS debe sumar 1,5M de votos para superar esa marca). El jefe de Gobierno tiene a mano los 1,3M de votos que sacaron sus rivales internos de Cambiemos (Elisa Carrió y Ernesto Sanz). Esos votos no fugarían. Con ese primer aventón, y suponiendo que los retiene íntegramente, MM estaría en 30,7%. Necesita más. Es probable que atraiga votantes de Margarita Stolbizer, pero su caudal no es significativo. Aun si lograra captar 30-40% de sus electores, una prognosis generosa, a MM le estaría faltando para colocarse cómodamente en 32-33% y forzar el anhelado balotaje.

Todos los caminos conducen al PJ disidente. MM necesita penetrar en ese cofre de 5M de peronistas disidentes para obtener de allí no menos de 500.000 votos. No es una cifra inalcanzable, pero tampoco está claro que vaya a lograrlo. Su performance geográfica (no le fue bien en el NOA y NEA ni en los distritos más pobres de los conurbanos de las grandes ciudades) indican que MM sigue sin sintonizar con ese perfil de votante de tradición peronista y opositor al Gobierno. El problema es que por ese elector compiten también DOS y Sergio Massa (SM). MM debe lograr polarizar la elección. Es decir, reunir todo (o buena parte) del antikirchnerismo detrás suyo.

Pero SM sigue dando pelea, y no está claro que su caudal vaya a licuarse ni que sus votantes vayan a fugarse en manada a MM. En rigor, las primeras encuestas pos-PASO muestran que SM, quien se muestra activo y está haciendo los deberes para romper con lo que se denomina la “falsa polarización”, retiene a sus votantes y, en gran medida, a los de José Manuel de la Sota (1,4M). En otras palabras: si SM (en rigor, UNA) no cae, MM no sube.

Si los votantes de SM lo siguen acompañando, la simple aritmética dice que la gran batalla serán los 1,4M de votos que obtuvo de De la Sota (45% de ellos están en Córdoba). ¿Podrá retenerlos todos Massa? Algunos, inevitablemente, podrían fugar hacia Macri pero otros, también a Scioli. ¿Cuántos? Aún no lo sabemos. Allí está la clave de la elección. Cuantos más votos de UNA atraiga MM, más chances tendrá de forzar un balotaje. Cuanto menos atraiga, más chances hay de que DOS se imponga con la regla de 40%+10. Los primeros movimientos post-PASO de SM para contener al delasotismo dentro de  UNA estarían dando buenos resultados.

Veremos cómo sigue la carrera electoral. Aun faltan 2 meses largos de campaña y los números, como vemos, están muy ajustados. No se debe descartar una victoria de DOS en primera vuelta pero tampoco caer en el error de creer, anticipadamente, que no habrá balotaje.