Analytica

EL PRO, ESTANCADO

Se atraviesan días complicados en el PRO y septiembre será un mes para el olvido para el sueño de “Macri 2015”. El motivo es obvio: el #NiembroGate y su correlato electoral. Mauricio Macri está estancado en las encuestas y el PRO se encuentra incómoda (e inoportunamente) a la defensiva. Ninguno de los sondeos dados a conocer en los últimos días lo ubican arriba del 30%.  Es decir, no está creciendo (incluso, algunos sondeos lo ven perdiendo posiciones en el margen) y falta poco más de un mes para el 25-O. Retiene, eso sí, los votantes de Elisa Carrió y Ernesto Sanz, pero no capta votos peronistas. No logra ir más allá de las escuetas fronteras de Cambiemos. Su estancamiento pone en duda la capacidad de evitar un balotaje pues todo indica que Daniel Scioli estará arriba del 40%, aunque más no sea ligeramente, el 25-O. La diferencia entre ambos, pues, se estira y ya estará en los 10 puntos. Con esa ventaja, no habría balotaje y Scioli sería consagrado Presidente en primera vuelta.

Se suma, además, una nueva preocupación en el campamento amarillo: Sergio Massa está cada vez más cerca. Si bien ninguna encuesta encuentra que Massa desplaza a Macri del segundo lugar, su evidente fortaleza le quita oxígeno para crecer y lo daña simbólicamente. La gente empieza a dudar de su capacidad de que Macri sea el único que puede ganarle al FpV y obtura la llegada del famoso “voto útil”. No hay polarización. La resistencia de Massa es la contracara del estancamiento de Macri, y el tigrense, registran las encuestas, está creciendo en el margen.

Macri debe cambiar su estrategia. Le soltó la mano al comentarista de fútbol, pero el saldo neto del escándalo sigue siendo muy deficitario para el PRO y sigue estando expuesto a nuevos “carpetazos”. Precisa sumar votos peronistas para colocarse cómodamente arriba del 30% y lograr postergar la definición para el 22 de noviembre. La polarización no se va a generar por ósmosis. Si no pudo crecer en más de un mes y medio, ¿por qué lo va a hacer en el último tramo de campaña? ¿La apuesta del PRO es que Scioli no le saque 10 puntos de distancia? Es muy arriesgado.

El jefe de Gobierno tiene 35 días para revertir la tendencia y pasar, una vez más, a la ofensiva.