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ES UN MONSTRUO GRANDE

La corrección del desequilibrio fiscal será una cuestión central para la administración Macri. El continuo incremento del gasto por sobre los ingresos que realizó el kirchnerismo en los últimos años derivó en un abultado déficit fiscal global que este año llegará a 6.5% del PBI, el peor resultado de las últimas tres décadas. El nuevo gobierno tendrá que revertir la tendencia en un contexto de promesas de reducción de impuestos, por lo que el desafío será moderar sustancialmente la dinámica del gasto.

Luego de que en los primeros cinco meses del año la brecha entre el crecimiento del gasto primario respecto de los ingresos “genuinos” alcanzara los 8 puntos porcentuales (el gasto subió al 38% i.a. mientras los ingresos lo hicieron al 30% i.a.), entre junio y octubre la brecha se cerró debido a la aceleración de los ingresos (+34% i.a.) y a cierta moderación del gasto (+34%i.a.).

La mejor performance de la recaudación era esperada por la demora en el cierre de los principales acuerdos salariales; una vez alcanzado, se observó un mejor dinamismo de la recaudación tributaria y de seguridad social. Por el lado del gasto, la desaceleración se explicó principalmente por el menor dinamismo del gasto “elástico” (transferencias discrecionales a provincias, inversión pública, subsidios económicos, importaciones de energía y déficit de empresas públicas) que de crecer al 35% i.a entre enero y mayo moderaron al 19% i.a. entre julio y octubre. El gasto “inelástico” (salarios, jubilaciones y subsidios sociales, que representan más del 70% del gasto primario) mantuvo un crecimiento en torno al 40% i.a.

Pero con cerrar la brecha no es suficiente. Aun cuando el déficit primario moderó el deterioro, continúa subiendo y genera una pesada carga para el BCRA, que es quien afronta el peso central de financiamiento. De hecho, mientras que en los primeros 5 meses el déficit primario llegó a $75,000 M (frente a $25,000 M en igual período del año anterior), en los últimos 5 meses fue de $104,000 M, 20% más alto que el del mismo período de 2014. Así las cosas, en el acumulado del año el resultado primario acumula un rojo de $163.000 M, casi el doble al del año pasado, en tanto que el resultado con intereses eleva el déficit a $251.000 M (versus $163.000 M de un año atrás). Teniendo en cuenta la moderación de la recaudación en los últimos meses y la ampliación de presupuesto anunciada esta semana por el Poder Ejecutivo, esperamos que el año cierre con un déficit primario en torno a $220.000 M (4% del PBI), mientras que el global llegaría a los $350.000 M (6.5% del PBI), el peor resultado desde 1984.

EL desequilibrio en las cuentas públicas se está cubriendo con una combinación de instrumentos que incluye emisiones de deuda, transferencias del BCRA, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES en concepto de renta y emisión monetaria. Esto alimenta el desequilibrio en el mercado cambiario dado que hay más pesos y menos reservas, elevando el tipo de cambio de cobertura, que  hoy llega  a $21.

Para evitar que la situación fiscal se vuelva irreversible, el equipo de Mauricio Macri deberá implementar un programa fiscal para quebrar esta tendencia. Un simple ejercicio hipotético resume el problema; suponiendo que la regla fiscal fuera que los ingresos y los gastos crecieran a la par, el déficit primario se elevaría a $400.000 M (6.5%) y el financiero llegaría a 8% del PBI en 2016. Sólo logrando que durante la nueva gestión los ingresos crezcan por encima de los gastos, será factible encarrilar la situación.

Sin duda el plano fiscal es un gran desafío, sobre todo teniendo en cuenta las promesas de reducción de impuestos a distintos sectores (agro, asalariados). Como si esto fuera poco, la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional la deducción del 15% de la masa de impuestos coparticipables que realizaba el Estado Nacional a tres provincias (Córdoba, Santa Fe y San Luis) para financiar a la Anses,  obligando a la Nación a devolverles las sumas retenidas desde 2006 que será extendido a todas las provincias. La suma del fallo implica $230.000 M a los que deberá incluirles los intereses devengados). Para el año que viene, el estado nacional dejará de recaudar más  de $75.000 M), que representa el 5% de los ingresos “genuinos”. Ante este escenario, Macri deberá compensar la caída en la recaudación con recortes en las transferencias discrecionales que le gira habitualmente a las provincias.

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