Analytica

La CGT en un año difícil

¿Va a unificarse el sindicalismo? Como decíamos en un informe anterior, no se trata de una cuestión determinante en las paritarias, en las que inciden los gremios en forma directa. Sin embargo, en un año de negociaciones difíciles, la convergencia de posiciones entre los sectores sindicales confederados es importante para un gobierno que quiere y necesita tener control sobre el proceso de los aumentos salariales.

 Hugo Moyano y «Momo» Venegas, los dos principales dirigentes sindicales opositores, buscaron lanzarse a la política y terminaron enfrentados con la Presidenta. Y no han tenido éxito en las elecciones de 2013. Hacia fines de año intentaron acercarse al massismo. Pero la agenda de ambos hoy, pasa por la supervivencia de sus respectivos espacios gremiales. Y el gobierno kirchnerista, si bien no está dispuesto a hacer manifestaciones públicas de afecto con ellos, tampoco los ha tratado como a enemigos. Sobre todo, en lo que respecta a Hugo Moyano, que es la cara visible de la CGT «alternativa».

 Las paritarias rigen para todos los gremios y el Ministerio de Trabajo prácticamente no ha discriminado entre «oficialistas» y «opositores». Siguen recibiendo subsidios de la superintendencia de seguros de salud. Y en el caso de Moyano -no así en el de Venegas, cuyo enfrentamiento con el kirchnerismo fue más conflictivo porque incluyó la disolución del RENATRE, que su sindicato controlaba- el gobierno nacional nunca intervino ni hizo auditar el Sindicato de Camioneros.

 Por lo tanto, los caminos del entendimiento no están cerrados. La unificación de la CGT, que vuelva a juntar «en la foto» a Moyano con Antonio Caló, parece una operación política difícil de lograr. Para el gobierno nacional, motivado por el objetivo de morigerar la inflación, lo importante no es la retórica de Moyano sino que los gremios coordinen sus demandas salariales en niveles similares, con independencia de si adhieren al kirchnerismo, al sciolismo o al massismo, Y que esas diferencias no impliquen costos políticos adicionales en la negociación salarial. Ese objetivo es plausible: hoy, los camioneros no están realizando reclamos muy diferentes del conjunto de los trabajadores organizados.