Analytica

¿NUEVA POLITICA EXTERIOR?

La economía, ya sabemos, es la brasa caliente que hereda el nuevo gobierno. No sería extraño, pues, que las primeras medidas y el foco de atención de los primeros meses estén focalizadas en ese terreno. Sin embargo, habrá otra área igualmente dinámica: la política exterior. Veremos un gobierno muy activo en este terreno (la propuesta de invocar la cláusula democrática contra Venezuela en el Mercosur, aunque al principio desactivada, es un ejemplo), que dará señales constantemente y que marcará un clivaje importante con respecto a la política exterior kirchnerista.

El diagnóstico desde el cual parte Mauricio Macri y su equipo es que el país está aislado del mundo y ha privilegiado relacionarse únicamente con los países más cercanos políticamente. Venezuela es el caso más paradigmático. Se trata, en su visión, de una política exterior inmadura e imprevisible. No casualmente la elegida para ocupar el cargo de canciller es una experta en esta área, con vuelo e ideas propias y con muy buenos vínculos con la comunidad internacional.

¿Qué podemos esperar? Veremos una inserción del país más abierta, que incluya a más jugadores y que esté a tono con el mundo multipolar en el que vivimos hoy. Asimismo, se buscará conjugar el posicionamiento del país en el mundo con los valores que el Gobierno cree que el país debe representar en el mundo. La primera etapa será, pues, de reconstrucción de lazos con varios países que han sido descuidados en los últimos años. Más aún en un contexto en el cual el país está corto de dólares y ha sido muy relegado en la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED) por los demás países de la región.

En América Latina, no se priorizará el “eje bolivariano” sino que se buscarán aceitar los contactos con los países del Pacífico también. En el plano global, se volverá a poner el foco en eje en el noratlántico (EE.UU. y Europa), pero sin relegar a China ni los demás emergentes. Cerca de Macri están trabajando para concretar la primera visita de Barack Obama al país en 2016.

El Gobierno buscará, a su vez, cerrar definitivamente el capítulo del default y estará más ávido de concretar acuerdos comerciales, un campo muy poco explorado durante por el kirchnerismo. Las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) serán la primera prueba.

Como en otras áreas, también habrá imprevistos con los cuales lidiar y que irán moldeando el curso que adopte la política exterior de los próximos cuatro años.