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TIEMPO PARA INVERTIR

Pensar la Argentina en el mediano y largo plazo necesariamente demanda proyectar el ciclo político. En ese marco, las PASO de este domingo resultaron un test sobre la continuidad de un esquema económico que requiere de tiempo para mostrar sus frutos. A diferencia del modelo anterior, éste busca poner en marcha los animals spirits inversores para generar crecimiento sustentable. Pero seducir al capital es complejo.

La victoria de Cambiemos en varias de las provincias más importantes del país sorprendió a todos, incluido al mercado que priceaba un escenario en el que el kirchnerismo continuaba siendo una amenaza latente.  El nuevo escenario de menor riesgo político se ve reflejado en las suba de los precios de activos domésticos (tipo de cambio, bonos y acciones) que anticipan un futuro más auspicioso para la economía argentina.

Hoy la pregunta del empresario es si el macrismo va a tener el tiempo que necesita para desplegar sus reformas y si puede seguir construyendo gobernabilidad en este escenario político. Los resultados de las PASO apuntan en esta dirección: el oficialismo cosecha éxitos parciales incrementales. Se instala la sensación de que en las elecciones de octubre pueden ser incluso mas favorables, cuando la actividad exhiba mayor vigor.

En este contexto es esperable que la inversión real quite su foco por un momento de la dimensión política y vuelva al plano económico. El ciclo de expansión es magro en términos de crecimiento por lo que se vuelve mucho más relevante avanzar decididamente en una agenda que ponga la competitividad en relieve. En este sentido hay dimensiones sobre las que existe consenso general como la necesidad de un salto en la inversión en infraestructura, pero otras requieren cierto consenso político y destreza en la implementación. Por caso, una reforma laboral y avanzar en una modificación tributaria que incluya a más sectores y que comprometa a las provincias.

Con el kirchnerismo debilitado las probabilidades de construir una oposición más dialoguista aumentan. El 2017 mostró muy poca actividad legislativa: sólo se aprobaron dos leyes de carácter económico mientras que 2016 logró más de 10 entre ellas el pago a los Hold Outs, ganancias, reforma electoral y reforma de ART. No hay margen para una aceleración del ritmo de crecimiento si no se encaran las reformas estructurales y para ello un poder legislativo más dinámico es una condición necesaria.

 La sociedad aprobó la gestión oficial a pesar de una economía que no brilla. El gobierno tiene ahora una hoja de ruta más despejada hacia 2019 y aumentan las probabilidades de que el ciclo político se extienda más de un mandato. Pero conocer el camino es distinto a recorrerlo.