Analytica

Inflación vs. Politización.

Por: Observatorio Electoral consultores

Volvió el temor a la inflación. Durante el primer semestre de 2016, las preocupaciones de la opinión pública -medida en encuestas- se resumían en la palabra inflación. Los otros temas recurrentes habían pasado a un segundo plano. Hasta que en agosto de ese año, el temor a la inflación se redujo sustancialmente. Desde entonces, y a lo largo de 2017, la inflación siempre fue una preocupación pública pero se mantuvo dentro de una tabla diversificada junto a la inseguridad, la corrupción y el desempleo. Mostraban una diversificación.

Sin embargo, en una medición de la primera semana de marzo, se registró una suba sustancial de la preocupación por la inflación. Como puede verse, en la medición de diciembre (última semana) de Observatorio Electoral consultores el primer problema identificado por los consultados era la corrupción con el 24,4%, seguido por la inflación con el 20,5%, en tercero la inseguridad con el 14,2%, cuarto el desempleo el 10,8% y en quinto la educación pública con el 9,7%. En cambio, en el track realizado a principios de marzo (1020 casos, entrevistas telefónicas automatizadas, ámbito nacional) la inflación quedó en primer lugar con el 28,6%, seguido por la corrupción con el 19,2%, luego por la inseguridad con el 13,1%, en cuarto lugar el desempleo con el 11,2% y en el quinto la educación pública con el 8,7%. Estas oscilaciones, tal como ocurría en la primera mitad de 2016, deben explicarse fundamentalmente por el lugar que ocupa la inflación en las prioridades públicas: a medida que ésta crece, otras pasan a segundo plano, y viceversa.

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Las respuestas halladas en el relevamiento son consistentes con lo que ocurrió en los meses de enero y febrero en los precios. Confirman, en todo caso, la reacción social frente a un fenómeno insoslayable. Sin embargo, la percepción social merece cierta atención. Porque en ella se juega la estrategia política del gobierno para los próximos meses.

Frente a un año de previsiones económicas no muy prometedoras, el gobierno puso en marcha una potente agenda política. Puso el aborto sobre la mesa, defiende a capa y espada su política de seguridad, y apunta contra el sindicalismo. Esa estrategia muestra la vocación del gobierno por retomar la iniciativa, y ha dado algunos frutos: la imagen del presidente subió levemente. Pero si el temor a la inflación continúa subiendo en las mediciones siguientes, la estrategia de la politización habrá encontrado un límite. Aunque el gobierno pueda lidiar políticamente con tasas de crecimiento mediocres, los aumentos de precios tienen un impacto particular en el humor social.