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PARÍS SÍ, BUITRES NO

El 12 de junio, la Corte Suprema de los Estados Unidos va a decidir si escucha la apelación de la Argentina sobre los fondos buitres, que reclaman un pago total de la deuda en default. La respuesta del tribunal se conocerá ese mismo día, o si decide deliberar, el plazo máximo para emitirla es el lunes 16. Hay tres escenarios: que pida más información a la Fiscalía y demore la decisión, que la acepte, o -el peor para Argentina- que la rechace.
Se trata de una decisión que va más allá de nuestro caso, y puede tener implicancias sistémicas. Para nuestro país, podría abrir el camino a nuevas demandas de parte del 93% de deudores que aceptaron, en su momento, la reestructuración. Pero también, hay consecuencias internacionales. Si los buitres triunfan, se puede crear una jurisprudencia para otros casos que están cerca de los tribunales. Podrían, sin ir más lejos, llevar a las cortes la reestructuración griega.
Hay una corriente de políticos y parlamentarios europeos, en general de centroizquierda e izquierda, que apoyan a los países deudores, como el nuestro, contra la deslegitimación judicial de las reestructuraciones. En Reino Unido, más de 100 miembros del Parlamento elevaron una nota pidiendo a la Corte Suprema de Estados Unidos que no haga lugar a las demandas de los fondos buitres contra la Argentina. También en otros países se registraron apoyos similares. ¿Por qué el caso argentino despierta estas solidaridades? Porque hay muchos europeos que no quieren que los fondos buitres operen contra las negociaciones europeas.
Argentina, que considera ilegítimas las demandas de los fondos buitres, cerró sin embargo un acuerdo con el Club de París, una deuda cuya legitimidad también estaba cuestionada. La Jubilee Debt Campaign, la ONG internacional antibuitre que recoge los apoyos de dirigentes políticos del viejo continente y cuenta con el guiño del Papa Francisco, emitió días atrás un documento rechazándolo, sosteniendo que el Club debió acceder a una reducción de la deuda en consonancia con la reestructuración de Dubai, y que los estados europeos acreedores debieron hacer una autocrítica acerca de los préstamos otorgados a la dictadura militar argentina para la compra de armamento en los 70.
La decisión argentina de dar batalla a fondo contra los buitres, pero acordando con los estados europeos que a su vez son parte interesada en la batalla, está entrecruzada. Coincide también con la negociación comercial entre el MERCOSUR y la UE. Los estados europeos son los que establecen, desde sus agencias de promoción comercial, las primas de seguro que se traducen en nuestras tasas de riesgo de inversión, con lo que inciden en forma directa sobre nuestra capacidad de captar cierto tipo de financiamiento. Y también, son un aliado interesante en la cuestión buitre. ¿Incidirán?
Por Julio Burdman