Analytica

La unificación del peronismo.

Por Julio Burdman

En las últimas semanas se han registrado diferentes hitos que permiten pensar que un acercamiento y hasta una eventual unificación de los diversos peronismos está en marcha. Esto se puede explicar por varios factores: la oposición social al macrismo -y sus estrategias conexas-, la verificación de que el proyecto «peronista no k» no avanza, la persistencia del liderazgo de Cristina Kirchner. Hay señales. Sin embargo, se trata de un conjunto de movimientos. No se ha cristalizado aún esta unidad, ni tampoco está garantizada.

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Los primeros pasos fueron dados hace un año por un conjunto de dirigentes que se habían alejado del kirchnerismo y se habían refugiado en el massismo o agrupaciones de izquierda. La aproximación de Felipe Solá y Daniel Arroyo (quienes hasta hace poco formaban parte del Frente Renovador) fue seguida de otros como Victoria Donda o el Movimiento Evita, que venían de ese lugar pero se habían distanciado del cristinismo por su enfrentamiento con alguno de sus reductos más militantes. El «enfriamiento» del rol de La Cámpora y otras corrientes del ala izquierda K facilitó el retorno de estos antiguos aliados, que recientemente se presentaron en sociedad.

También hay que contabilizar el acercamiento de algunos sindicalistas. El «macrismo sindical», liderado en algún momento por el fallecido Momo Venegas, fracasó. Hugo Moyano, antiguo aliado y luego enemigo de CFK, limó sus diferencias. También Barrionuevo hoy se declara opositor. Días atrás, en la sede nacional del Partido Justicialista -recuperado de la intervención judicial, otro hito importante- se fotografiaron juntos varios de estos dirigentes. Había tres precandidatos presidenciales en esa foto: Daniel Scioli, Agustín Rossi y Felipe Solá.

En Tucumán, el 17 de octubre, se reunió el peronismo «del interior» convocado por el gobernador Manzur en un acto importante. Manzur era uno de los artífices del peronismo «de los gobernadores». Esa foto no fue una imagen de unidad pero si se plantearon algunos discursos relevantes. Manzur llamó a tender puentes. En cierta forma, puso un principio de fin a la idea de que «el límite es Cristina». Sergio Massa reapareció en los medios con un discurso similar.

Al listado de hitos hay que agregar dos muy relevantes: las recientes coaliciones parlamentarias. Tanto respecto del presupuesto como en la elección de dos consejeros de la Magistratura diferentes bloques del universo peronista coincidieron en posiciones acordadas. No casualmente, el bloque de senadores liderado por Miguel Pichetto sufrió deserciones. Y las seguirá sufriendo.

Todas estas tendencias significan reconocer que no hay demasiadas alternativas para el peronismo -o la oposición- por fuera del espacio que ocupa Cristina Kirchner. Y también que las diferencias ideológicas no son tantas. La ex presidenta, en un discurso reciente, llamó a unir «pañuelos verdes y celestes». El descontento social con la gestión de Macri, y la necesidad de capitalizarlo, facilitan esta confluencia que meses atrás hubiera parecido impensada.