Analytica

Empate Hegemónico.

J. C. Portantiero definió un “empate hegemónico” como una situación en la que dos fuerzas en disputa tienen suficiente energía como para vetar los proyectos elaborados por la otra, pero ninguna logra reunir los recursos necesarios para asumir por sí sola el liderazgo político del país.

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Según estudios recientes[1], Argentina y Brasil se encuentran trabados en esta situación. En particular, la falta de una dirección concreta se asocia a la imposibilidad de llevar adelante reformas estructurales, como las mencionadas modificaciones al régimen laboral o un saneamiento del sistema previsional pendiente en ambos países.  A la luz de estos hechos, Argentina está expuesta a recurrentes crisis de balance de pagos.

Es el FMI quien está llamado a romper este empate. La amenaza de un nuevo default y el recuerdo vívido del 2001 forzarían al candidato que resulte electo en 2019 a renegociar los compromisos.

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La idea en detalle

Argentina tiene una economía pequeña y escasamente abierta, con un mercado de capitales doméstico de los más pequeños de la región. Veamos algunos elementos de esta situación.

  • Déficit fiscal: sus condiciones estructurales lo fuerzan a buscar financiamiento externo.

 

  • Presión impositiva: con tendencia a la apreciación del tipo de cambio y déficit en cuenta corriente.

 

  • Mercado pequeño: explica que los desequilibrios sean “gemelos” porque al no haber crédito doméstico el déficit fiscal se financia con deuda externa.

 

En ausencia de financiamiento externo, Cambiemos eligió recurrir al FMI para solucionar la falta de liquidez “transitoria” en los mercados internacionales. Sin embargo, los condicionamientos impuestos por el acuerdo stand-by y sus sucesivas renegociaciones, pueden terminar corrigiendo los desequilibrios gemelos, transformándolos en superávits.

Hay altermativas?

Teniendo en cuenta la capacidad de absorción del mercado de capitales doméstico, no parece haber muchas más opciones:

  • Argentina tiene servicios de deuda en moneda dura en torno a 3 puntos del producto en los próximos años, contando bonos en moneda extranjera en cabeza del sector privado.

 

  • El nivel de reservas está comprometido en el memorando de entendimiento con el FMI, lo que impide buscar los dólares necesarios en el mercado de cambios doméstico.

 

  • No parece razonable buscar 3 puntos del producto, más de U$S 15 MM, en financiamiento externo sistemáticamente en años consecutivos.

 

Un paralelismo: Jamaica

Jamaica enfrentó una situación similar en 2013. Tomó un préstamo en 2010 de magnitudes muy inferiores a las otorgadas a la Argentina y tuvo que pedir el refinanciamiento de una amortización del préstamo que alcanzaba 1,7% del PBI. Argentina debe enfrentar una amortización de casi 4% del producto en 2022, más del doble.

Al igual que ocurrió en Jamaica, esto implicaría un nuevo ajuste fiscal, otro en la cuenta corriente y reformas estructurales.

¿Qué le solicitó el FMI a Jamaica para refinanciar la cuota del stand by? Veamos:

  • La eliminación del déficit financiero a través de un ajuste del resultado primario de 2,3% del PBI y un canje de deuda, el cual implicó una reducción de los intereses por 2,1% del PBI.
  • La eliminación del déficit de las empresas públicas
  • El ajuste primario se implementó a través de incrementos de ingresos del fisco (2/3) y recortes de gasto (1/3).

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A modo de conclusión

La posibilidad de una futura exclusión de los mercados “suena a 2001”. El miedo disciplina.

El único modo de no romper los contratos con el FMI, es alcanzar un superávit gemelo de 3 puntos de producto: primario para el sector público y de cuenta corriente.

Esto se llevaría a cabo a través de la recesión inducida por el ajuste fiscal adicional requerido por el FMI, lo que a su vez proporciona los dólares necesarios para que el sector público afronte los vencimientos en moneda extranjera sin desequilibrar el mercado de cambios ni presionar a un mercado de capitales doméstico demasiado pequeño.

Teniendo en cuenta que la alternativa del default es conocida, quizás haya consenso para implementar la segunda etapa del ajuste. Esperemos que incluya un mínimo recorte del gasto en algunos sectores “privilegiados” (la justicia por ejemplo) todavía no han sido alcanzados por el “toque del Fondo”.

 

[1] https://www.eldiplo.org/notas-web/empate-hegemonico-en-america-latina/.
Se agradece a G. Della Paolera por señalarnos la relevancia de este concepto para ilustrar la actual coyuntura.