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EN MANOS DE LA SOJA

El saldo comercial, la única fuente de dólares que tiene la economía actualmente, se deteriora. Las exportaciones se redujeron 10% en el primer semestre con caídas generalizas que sólo fueron parcialmente compensadas con mayores ventas de soja. El impacto de la recesión sobre las importaciones es importante pero no compensa y el saldo comercial se redujo en USD 1.460 M (-28%) respecto a los primeros seis meses de 2013. Las perspectivas para los próximos meses no son mejores, a la menor liquidación de soja se suma la caída en su precio mientras Brasil no se recupera.

La producción de los principales cultivos tuvo un comportamiento heterogéneo: mientras que la cosecha de soja y trigo subió, la de girasol y cebada cayó mientras la de maíz se mantuvo constante respecto a la campaña anterior. En resumen, la cosecha de los principales cultivos aumentó 4%. Sin embargo, el alza del 22% i.a. en las ventas externas de porotos de soja (+ USD 428 M) producto de la cosecha récord (54 M Tn)  no alcanzó para compensar la mala performance de los demás componentes y las exportaciones de productos primarios cayeron 30,5% i.a. en la primera mitad del año (- USD 3.420 M). En el caso del maíz (-65%) la explicación radica en una fuerte caída de los precios (29%) y una menor demanda desde EE.UU que se recuperó de la sequía de 2012. Por su parte las menores exportaciones de trigo (42%) respondieron a menores precios (-8%) pero sobre todo a que se exportaron 43% menos de toneladas a Brasil, su principal destino. La caída en las exportaciones totales de cereales representó una merma en el ingreso de divisas de USD 3.460 M.

El único rubro que mostró un aumento en sus exportaciones fue el de manufacturas de origen agropecuario (+10%). Principalmente porque la mayor producción de soja se tradujo en un aumentó en sus ventas de harinas y pellets (+32%) mientras que las de aceites se mantuvieron prácticamente sin cambios.

Las exportaciones de manufacturas de origen industrial (MOI) presentaron una caída del 13% i.a. lo cual era esperable considerando la reducción en las ventas de automóviles a Brasil y las restricciones a las importaciones que ponen un tope al nivel de producción industrial. Durante los primeros seis meses del año se vendieron al exterior 23% menos de autos que en igual período de 2013. Sólo el sector químico aumentó sus ventas gracias a la recuperación del biodisel (22,5%), aunque sigue lejos de los valores alcanzados en 2012. Por su parte, en un contexto de crisis energética, es esperable que las exportaciones de combustible sigan cayendo (11,6%).

En resumen, la soja salvo a las exportaciones de una mayor caída. El problema es que mientras en el futuro no se puede esperar un repunte de las ventas al exterior de MOI (ver Analytico #265 “Brasil….”) los precios de soja caen y la posición a noviembre ya perforó los USD 400 Tn. El motivo es que las buenas proyecciones para la próxima campaña en Estados Unidos, Brasil y Argentina alertan sobre una posible sobreoferta llevando a la baja los precios.

La menor demanda de productos argentinos desde el exterior pone más presión sobre las importaciones. Considerando las dificultades que tiene el Gobierno para hacer que ingresen divisas frenar aún más las compras desde el exterior es el único camino que le queda para evitar volver a perder reservas internacionales.

Ese mecanismo ya lo utilizó en la primera mitad del año cuando las reservas se recuperaron en  USD 2.000 M y las importaciones cayeron en USD 2.680 M (-7,5%). Únicamente aumentó la compra de bienes de capital, en particular equipos de transporte industriales. La devaluación fue el golpe de gracia para una economía que ya venía en caída. El menor nivel de actividad se reflejó en menores compras de insumos para la producción (bienes intermedios, piezas y accesorios para bienes de capital, etc.) lo que produjo a su vez menores niveles de consumo que impactó en las importaciones de autos (-35%) y de otros bienes de consumo (-9%).

El panorama no es alentador para la segunda mitad del año.  De no lograrse un acuerdo con los holdouts el Gobierno volverá a presionar sobre las importaciones eliminando cualquier posibilidad de recuperación en el nivel de actividad. En consecuencia, las suspensiones y despidos laborales se incrementaran, retroalimentando la perdida de dinamismo en el mercado interno.

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