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CONSTRUCCIÓN, MÁS DE LO MISMO

Agosto cerró con la mayor devaluación mensual desde enero, sin embargo la brecha con el dólar oficial se volvió a disparar. La incertidumbre respecto al desenlace del conflicto con los holdouts y la evolución del tipo de cambio postergan las decisiones de inversión. En ese contexto, la construcción profundizará aún más su caída. El impacto en el mercado interno no es menor, es uno de los sectores que más trabajadores emplea.

Concretamente, en julio la actividad de la construcción se redujo 1,5% i.a., acumulando en el año una caída de 2,3%. La construcción de edificios es la que lidera la contracción en el sector, acumulando una caída de 2,7% en los primeros siete meses del año. A su vez, en los últimos meses la obra pública también muestra un fuerte deterioro cayendo 4% desde abril. Era algo esperable dada la alta base de comparación, en 2013, como es típico en un año electoral, la obra pública se disparó, entre abril y octubre aumentaba por mes a un promedio de 13%. El único sector que muestra un comportamiento positivo es el de construcciones petroleras, creciendo a tasas superiores al 20% en los últimos dos meses.

En la construcción se emplea el 9% de los trabajadores argentinos, lo que convierte al sector en el tercero de mayor absorción de mano de obra. Así las cosas, su impacto en el mercado de trabajo es determinante. En la primera mitad del año se destruyeron 14.400 puestos de trabajo, considerando sólo al sector registrado que representa el 40% del total. Al igual que en el resto de la economía la situación se agrava porque también caen los salarios. En junio la remuneración promedio fue de $9.810, lo que implica una caída en términos reales del 13% i.a. En los primeros seis meses del año el salario real en la construcción se redujo en promedio 10%.

Durante la fuerte crisis que tuvo el sector en 2012, consecuencia del cepo cambiario, CFK lanzó el plan Pro.Cre.Ar. En el actual contexto de mayor inflación y tasas de interés más altas se reducen las otras vías de financiación y el plan se vuelve más importante. Por caso, los créditos hipotecarios cayeron hasta agosto 13% en términos reales, acelerando su caída en los últimos meses. En consecuencia, no sólo perdieron participación en la masa crediticia sino que en términos del PIB se encuentra en los valores más bajos de los últimos veinte años. El mercado inmobiliario lo sufre y en los primeros seis meses del año en la Ciudad de Buenos Aires se escrituraron 58% propiedades menos que en 2012.

Para los próximos meses las expectativas no son mejores. La caída en el poder de compra de los trabajadores y la falta de crédito ponen un freno a la demanda. Mientras la incertidumbre respecto a la evolución del tipo de cambio y los mayores tiempos para la rotación de las propiedades frenan las decisiones de inversión en el sector.

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