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SE MIRA PERO NO SE TOCA

Las finanzas públicas se siguen deteriorando. Con el gasto creciendo por encima de los ingresos, el déficit fiscal aumenta y alcanzará niveles récord. El gobierno no muestra un plan para corregirlo, sólo avanza en financiar el bache con nuevas emisiones de deuda del Tesoro para quitarle presión al BCRA. Así, la dinámica fiscal será el principal obstáculo para el sostenimiento de la PAX cambiaria y la transición.

Concretamente, en septiembre el resultado primario macó un déficit de $4.300 M, siendo el peor resultado para esta altura del año desde 2003. De esta manera, en los primeros 9 meses del año el rojo fiscal ascendió a $430 M que se contrapone a un superávit de casi $7.000 M en el mismo período del 2013. Contabilizando los intereses, el déficit global fue de casi $54.000 M, $30.000 más que el año pasado. Como viene ocurriendo desde 2007, la contribución de los ingresos de “rentas de la propiedad” es cada vez más importante. De hecho, en lo que va del año por este concepto el Sector Público recibió $96.000 M, $56.000 M más que el año pasado, representando el 13% del total de los ingresos. Vale destacar que 70% de los ingresos por rentas lo aportó el BCRA (se triplicaron) por las utilidades obtenidas en 2013.

Más allá de la conveniencia o no de incluir los ingresos por rentas, lo cierto es que la dinámica de las cuentas públicas marca un notable deterioro debido a que el gasto sube más que los ingresos. Mientras que en los primeros 9 meses del año pasado la brecha entre el crecimiento del gasto primario y los ingresos “genuinos” (sin rentas de la propiedad”) promedió 5 pp., en lo que va de 2014 se duplicó. La ampliación de la brecha la determinó el salto que tuvo el gasto primario que en lo que va del año aumentó 44% (12 pp. más que el año pasado) mientras que los ingresos lo hicieron al 34% (7 pp. más que un año atrás).

Salvo en las erogaciones por jubilaciones, que en los tres primeros trimestres crecieron a la par a lo que lo hicieron en el mismo período del año pasado (aunque en el margen se aceleran), todas las partidas del gasto aceleraron su dinamismo. Lo más destacado fue la que registraron los subsidios al sector privado que en el año aumentaron 60% i.a., el triple (o 40 pp. más) a lo que a lo hicieron en 2013 debido a los mayores gastos por energía y transporte. También se notó el fuerte deterioro en el déficit operativo de empresas públicas que aumentó el más del 200% i.a (hasta el año pasado crecían al 50% anual).

Pese a esta tendencia, el gobierno no da señales de corrección en los indicadores fiscales. Lo más relevante entonces pasa a ser el financiamiento del mismo. De hecho, para restarle presión al BCRA, el Tesoro realizó tres colocaciones en el mercado interno (Bonar 2016, Bonad 2016 y Bonad 2018) por casi $30.000 M. La mala noticia es que parece muy poco para el tamaño de bache a financiar: en octubre las transferencias del BCRA al Tesoro fueron de $22.000 M, $8.600 M más que en octubre del año pasado.

Así las cosas, proyectamos que en los últimos dos meses del año el bache fiscal será del orden de $90.000 M. Si bien esperamos que el Tesoro vuelva a testear el mercado con nueva emisiones de deuda, la expansión monetaria para financiar al fisco será del orden de $50.000 M. Si bien el alza de que vienen mostrando las reservas internacionales gracias a la apertura “heterodoxa” de la cuenta capital (son swap del Banco Popular de China, Banco de Francia y los ingresos por la licitación del 4G)  le da sustento a la PAX Cambiaria, la monetización del déficit será su principal enemigo, especialmente en 2015.

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