Analytica

PERDIENDO EMPLEO

En el último trimestre del año pasado continuó el deterioro del mercado laboral con destrucción de empleo y aumento de desempleo y sub empleo. De esta manera, en 2014 el mercado laboral tuvo el peor desempeño desde 2002. A esto se sumó la caída del salario real producto de la aceleración inflacionaria. La debilidad del empleo y la pobre performance de la inversión serán condicionantes en las negociaciones salariales que se avecinan. La clave para reactivar el consumo dependerá más de la dinámica de la inflación que de los resultados de las paritarias.

En los últimos tres meses de 2014 se perdieron 280 mil puestos de trabajo de jornada completa (al menos 35 horas por semana) según las estadísticas oficiales. Gran parte de esta pérdida contribuyó a incrementar la subocupación (trabajan menos de 35 horas semanales) que subió en casi 230 mil personas. Con estos resultados, el empleo total cayó en 50 mil personas. Dado que la Población Económicamente Activa (el total de los ocupados y desocupados) aumentó sólo en 40 mil, la cantidad de personas desocupadas subió en 90 mil personas y ascendió a 6.9% de la PEA, medio punto más que un año atrás.

Nuevamente, como lo venimos marcando en informes anteriores (ver Analytico#295 “Más inflación, más desempleo”) los resultados serían más preocupantes de no haber sido por la caída en la PEA respecto a la población total que cayó de 45.6% al 45.2%, es decir que para el INDEC la proporción personas en condiciones de trabajar viene cayendo todos los años. Estos fenómenos generalmente ocurren cuando se evidencia un efecto desaliento o porque hay cambios estructurales en la sociedad, lo cual no creemos que sea la realidad actual. Menos aún en un contexto de caída del salario real como el de 2014. Considerando, al menos una PEA igual a la de un año atrás, la tasa de desempleo se ubicaría en el orden del 7.7% y subiría al 9.1% en caso de suponer la misma PEA que dos años atrás.

Más allá de los niveles, el foco de atención debe estar en el nivel de empleo de jornada completa que el año pasado acumuló una caída de 1.9% i.a. siendo el peor desempeño desde la salida de la convertibilidad. Este fenómeno se asocia directamente a la muy pobre performance de la inversión que desde 2011 cae a razón de 3% por año.

Para este año, en un contexto en el que el gobierno priorizará la estabilidad cambiaria por sobre el nivel de actividad, no vemos las condiciones necesarias para que los indicadores del mercado laboral mejoren. Esto complica el panorama para las negociaciones salariales o incluso para que mejore el empleo registrado. Proyectamos que el empleo va a padecer una caída similar a la de este año, por lo que el kirchnerismo dejará el poder con una tasa de desocupación de al menos 10%. Por otro lado, prevemos que los salarios nominales subirían igual que el año pasado. La clave para el consumo dependerá entonces de cómo administre las presiones inflacionarias el gobierno.

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