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DOS PASOS CLAVES

El próximo gobernador de Santa Fe, si no median cisnes negros, será Miguel Del Sel o Miguel Lifschitz. Uno de los dos, y la cosa no sale de allí, sucederá a Antonio Bonfatti en la Casa Gris a partir de diciembre. El 14 de junio se despejará la incógnita. Hasta entonces, falta poco más de un mes. Lifschitz, es obvio, viene de atrás y va de punto. Obtuvo unos 146.000 votos menos que Del Sel (481.000 versus 335.000, respectivamente) y deberá sumar más de esa cantidad de votos de aquí a junio. Desde ya, retendrá buena parte de los 140.000 votos del diputado nacional Mario Barletta (aunque el N°2 de Del Sel, el radical Jorge Boasso, intentará obturar esa trasvase), y ahí la cosa se empareja. Sumadas, las dos fórmulas del Frente Progresista Cívico y Social (FPCyS) quedaron a apenas 6.000 votos de Del Sel. Pero el ex intendente de Rosario necesitará más.

Aún reteniendo la totalidad de los votos barlettistas, no le estaría alcanzando. Otro factor de crecimiento podría provenir de un mayor conocimiento pues, como aseguran cerca suyo, casi 30% de los santafesinos aún no lo conoce. En su entorno confían en que al socialista aún le queda mucho carretel de crecimiento y citan la gran elección que hizo el FPCyS en el tramo de diputados provinciales, donde se impuso con comodidad (la interna la ganó el actual mandatario provincial) con 641.00 votos, como un objetivo lejano pero alcanzable. El gran desafío de Lischitz, pues, sería salir a pescar esos votos que fueron para el FPCyS en el tramo local, pero eligieron otras fórmulas en la carrera hacia la gobernación.

El problema, para Lifschitz, es que Del Sel también crecerá. Podría sacarle algunos votos a Omar Perotti y al campo massista (entre Eduardo Buzzi y Oscar “Cachi” Martínez obtuvieron más de 115.000 votos), que quedó, tal como se prevía, muy lejos de convertirse en una alternativa real de poder.

Para Macri, la gran elección de Del Sel supone un envión para sus apetitos presidenciales. Ahora viene una primavera para el PRO y, en los próximos dos meses y medio, podría conseguir la gobernación de Santa Fe (14 de junio), aparecer en la foto ganadora de Mendoza (21 de junio) y retener la Ciudad (5 de julio). No es para menos: se trata de 3 de los 5 distritos más importantes del país.

En Mendoza, en unas elecciones muy polarizadas (el 84% de los votos fueron a uno de los dos frentes más votados), el frente radical Cambia Mendoza (CM) se quedó con el triunfo ante el Frente para la Victoria (FpV) aunque por una diferencia bastante inferior a la esperada: 44,9% versus 40,3%. La fórmula de unidad de la UCR, compuesta por Alfredo Cornejo y Laura Montero, se impuso ante la suma de las opciones del FpV. La ventaja ascendía a más de 10 puntos porcentuales al comienzo del escrutinio, pero terminó siendo menor a 5 puntos.

En la interna del FpV, la fórmula ganadora fue la de Adolfo Bermejo y Diego Martínez Palau, surgida de la alianza entre la corriente más tradicional del PJ referenciada en Daniel Scioli y Juan Carlos Mazzón, y el sector que responde al actual gobernador, Francisco Pérez. Atrás quedaron el candidato del kirchnerismo puro, Guillermo Carmona, y el ex ministro del actual gobierno provincial, Matías Roby. La suma de todos ellos alcanzó el 40% de los votos, 5 puntos por debajo del frente CM.

Como sucede en muchas provincias, el radicalismo contó con el apoyo de un amplio abanico de dirigentes de la oposición. Aunque Cornejo quiso conservar para el radicalismo la foto del triunfo, tanto Sergio Massa como Mauricio Macri apoyaron a la fórmula de la UCR. Ni el Frente Renovador ni PRO presentaron candidatos propios en Mendoza.

El 21 de junio serán las elecciones generales. La incógnita está en cuántos de los votos del resto de los precandidatos del FpV logrará conservar Bermejo en junio en un contexto agitado para el peronismo-kirchnerismo local. A las PASO, el oficialismo llegó fuertemente dividido por las disputas entre los sectores del PJ más tradicional y los que responden al kirchnerismo duro. La pelea en torno al armado de listas en la provincia llegó a costarle su cargo al histórico dirigente del PJ, Mazzón. Los votantes de Roby, fuertemente enfrentados a Bermejo, podrían jugar en otro espacio en junio. Conocedor de esto, Cornejo planteó que su objetivo de cara a las elecciones generales será sumar los votos de Roby y todos aquellos que se fuguen del FpV.