Analytica

¿MISMA FOTO EN OCTUBRE?

El domingo 9 de agosto, 21,9 M de argentinos emitieron “votos afirmativos”, es decir, votaron a un precandidato presidencial: 8,4 M fueron para Daniel Scioli, 5,3 M fueron para Mauricio Macri, 3,1 M para Sergio Massa, 769.000 para “Margarita”, 462.000 para “El Adolfo” y 370.000 para el joven Nicolás Del Caño. La suma da 18,5 millones. Estos son los seis precandidatos que se convirtieron en candidatos y los que pugnarán el 25-O para suceder a CFK. Los restantes 3,4 millones de votos afirmativos fueron a precandidatos que no pasaron el corte que imponen las PASO o perdieron su respectiva interna. Conclusión: hay 3,4 millones de votos, como mínimo, que deberían, obligatoriamente, votar a alguien distinto en las generales de octubre.

Sin embargo, si a ese total se le resta los votos que fueron a otras opciones de las mismas PASO (por ejemplo, a Ernesto Sanz en Cambiemos o a Jorge Altamira en el FIT), y presumimos que esos votos irán a quien ganó la interna, es decir, se quedarán en casa, el universo de votos “huérfanos” a pescar hasta octubre se reduce considerablemente: apenas 390.000 votos. Casi nada: dos puntos a nivel nacional.

¿Cuál es el propósito de este análisis? Sugerir, a modo de hipótesis, que el 25-O podría no existir un gran desplazamiento de votos (medidos por frentes). El análisis da por descontado que los votos que fueron a los perdedores en las internas (el grueso de esos 3,4 millones antes aludidos en el primer párrafo) se quedarán, mayoritariamente, en casa. ¿Es así? Veamos.

Quienes votaron a Sanz y “Lilita” votarían, mayoritariamente, a Macri. La imagen de los tres competidores juntos en la noche del 9- A, que se repetirá en los próximos dos meses, ayuda a aglutinar la tropa. Es decir, Macri logrará retener el 30% que obtuvo Cambiemos. Algunos votos, no muchos, irían hacia Margarita Stolbizer. Nada que pueda cambiar el fiel de la balanza. Son votos “republicanos” y, sobre todo, opositores al Gobierno que no irán ni a Scioli ni a Massa. El recorrido inverso también es posible: al quedar tan lejos de la pelea grande, es probable que varios de los votantes de Stolbizer, haciendo lo que la ciencia política denomina voto estratégico, fluyan hacia Macri, por ser el candidato mejor posicionado a priori para vencer al kirchnerismo. Esta es una de las grandes dudas de aquí a octubre. ¿Cuánto puede crecer Macri? Scioli muy probablemente se ubique por encima del 40% y el jefe de Gobierno necesita acercarse al 35% si quiere evitar que el gobernador bonaerense se imponga con la regla del 40%+10 puntos. Aun reteniendo los votos de Sanz y “Lilita”, y tentando al grueso de los “margaritos”, no le estaría alcanzando. Necesita penetrar en el caudal de UNA. ¿Es posible? Veamos.

Los votantes de Massa intuyen que al joven líder renovador no le alcanza para meterse en la pelea principal. Sin embargo, se ha menospreciado casi sistemáticamente la capacidad de Massa de retener a sus votantes e, incluso, a los de De la Sota. Si algo demostró el dirigente oriundo de San Martín es ser un luchador y, por consiguiente, muchos de los que lo apoyaron seguramente le renueven su apoyo el 25-O. ¿Los votantes delasotistas abandonarán el barco? Hay quienes apuestan que algunos se irán a Macri y otros, a Scioli. Pero la mayoría responde a DLS, el “dueño” de los votos, y este ratificó que hará campaña por Massa. En rigor, será su jefe político de campaña. Asimismo, el ex intendente de Tigre logró subirse, una vez más (y van…), al ring y seguramente pueda aumentar su caudal propio con la campaña propositiva que está haciendo. Y más aún si hay debate presidencial, ya que es el que cuenta con mejor oratoria de los tres front-runners. Conclusión: como mínimo, Massa retendría sus votos y los de DLS, manteniéndose en un piso de 20% en octubre. Es decir, Macri no tendría mucha palanca para crecer en base a los votos de UNA.

En el FIT no hay mucho análisis para hacer: casi todos los 355.000 votos de Altamira irán a Del Caño.

¿Y Scioli? Tranquilo, mira a todos desde arriba. Sabe que los 8,4 millones que lo acompañaron, lo van a seguir haciendo mayoritariamente al margen de los movimientos bruscos del “billete” y otras cuestiones como las recientes inundaciones. Es su núcleo duro. Recibirá algunos miles de votos de DLS y quizá de Massa y de “El Adolfo” y por eso creemos que superará el 40% en octubre. Con esos aportes (y los de muchos, sobre todo bonaerenses, que no fueron a sufragar el 9- A) superará ese umbral. La gran pregunta, como decíamos antes, es si le sacará 10 puntos de diferencia a Macri. Ahí está la gran duda del 25-O. Con un Scioli rondando el 40- 42%, la gran pregunta es cuánto puede crecer Macri en base a, desde ya, Sanz y Carrió pero, sobre todo, a expensas de Massa. Necesita, si pretende forzar un noviembre, estar arriba de los 32 puntos y, por ahora, no tiene ese caudal.

Una conclusión posibles es que si bien habrá corrimiento de votos, en octubre podrían no verse números muy distintos a los de agosto. El elector es más estable de lo que se cree y no se deja seducir fácilmente. Otros análisis, sin embargo, señalan que sigue existiendo 20% de voto volátil, que puede fluir libremente entre espacios políticos. Se consumirán ríos de tinta y se transmitirán miles de spots en radio y TV, pero aparecen elementos para pensar que no va a cambiar mucho la imagen que entregaron las primarias. Como dice el politólogo Germán Lodola, “las PASO se parecen demasiado a octubre”. Veremos si esta hipótesis finalmente es la que prevalece.