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LA MANO DE LA FED

Si bien el contexto global empeoró en los últimos meses debido a la crisis en Brasil y el menor crecimiento de China, en la última semana el mundo dio algo de alivio: el menor dinamismo que muestra el mercado laboral de los Estados Unidos posterga la suba de tasas de la FED para 2016. No es un dato menor, pues el dólar a nivel global se tomó cierta una pausa. El gradualismo de la política monetaria de la FED es un factor favorable para que los mercados emergentes y la Argentina en particular aprovechen la liquidez a fin de compensar el menor ingreso de divisas por el canal comercial.

Concretamente, en los Estados Unidos se crearon 142 mil puestos de trabajo en setiembre, muy por debajo de los 210 mil esperados por el consenso de analistas. Como si fuera poco, el dato de agosto fue corregido a la baja, de 176 mil a 136 mil. Así las cosas, en el tercer trimestre se crearon 167 mil puestos de trabajo por mes, 30% menos que en el trimestre anterior. Dado que en el mismo período cayó la población económicamente activa (llegó al mínimo de 62.4% de la población total) la tasa de desocupación continuó cayendo hasta 5.1%, el menor registro desde abril de 2008.

El menor dinamismo del mercado laboral se da junto a una tasa de inflación muy baja; en los últimos doce meses el CPI subió apenas 0.2%, en tanto que si se excluye la variación de los precios de los alimentos y la energía aumentaron 1.8%, aún por debajo del mínimo de 2% que tiene la FED como objetivo. Además, el contexto global luce incierto debido a los temores de desaceleración brusca en China. Todos estos factores reducen aún más las chances de que la FED mueva la tasa de interés de referencia antes de fin de año, por primera vez en los últimos siete. Según las proyecciones,  las chances de suba de tasas en diciembre bajaron del 40% al 30%.

Pese a que la segunda gestión de Cristina Fernández de Kirchner (CFK) se caracterizó por una continua  presión cambiaria, con el riesgo latente de una crisis de balance de pagos, se destaca la oportunidad desaprovechada: prácticamente en toda su gestión las tasas de la FED se mantuvieron en mínimos históricos y eso marca una notable diferencia respecto de otros presidentes de la democracia.

Como venimos destacando en informes anteriores, en los próximos años el contexto internacional le marcará la agenda a la sucesión. Con un dólar que se seguirá fortaleciendo gradualmente, economías emergentes menos dinámicas y precios de commodities estables, recuperar reservas mediante el superávit comercial será una misión muy compleja, salvo con una fuerte caída en el nivel de actividad, indeseable por sus consecuencias sobre el equilibrio social. Si bien el próximo gobierno deberá afrontar el endurecimiento de la política monetaria de Estados Unidos, la buena noticia es que el proceso será gradual y le daría el tiempo necesario para que la Argentina revierta la tendencia de los últimos años y se acerque progresivamente al financiamiento externo.

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