Analytica

EN EL FONDO, LA INVERSIÓN

La inversión es sin dudas el principal déficit de la Argentina. No sólo porque el nivel es bajo para una economía no desarrollada sino también por la baja calidad y mala orientación de la misma. Esta falencia es la madre de los problemas macroeconómicos actuales, como la inflación, la crisis energética, la falta de divisas y la pérdida de competitividad. Para torcer este rumbo, se necesita una política económica consistente que resguarde el capital y genere previsibilidad a los inversores. Este es el desafío que deberá resolver Mauricio Macri para reactivar el crecimiento, pues el consumo sentirá el mayor peso del ajuste.

La inversión es el componente de la demanda agregada que más rápido reacciona al ciclo económico. Es el primero en caer cuando las cosas van mal y también en reaccionar cuando se percibe que el cambio de rumbo es sostenible. Esto fue muy claro durante los primeros años del kirchnerismo, tras la crisis de 2001, cuando la inversión se recuperó de manera notable, creciendo a razón de 25% por año, siendo el principal motor del despegue. Esto fue clave para recuperar el empleo, salarios y así mejorar el consumo. Pero, a medida que el modelo fue priorizando el estímulo a la demanda por sobre la oferta, la inflación comenzó a dar señales de preocupación y la inversión empezó a acusar recibo y para el primer período de CFK redujo el crecimiento al 9% anual en un contexto en el que los precios minoristas subieron 20% por año. Sin alertar sobre el problema, el gobierno de CFK redobló la apuesta, interviniendo mercados y aplicando una extraña política de subsidios que poco impacto tuvieron, tal es el caso de transporte, energía e infraestructura en general. El cepo fue el último gran error pues desde 2011 hasta hoy la inversión cayó casi 2% por año, con un impacto claro en el mercado laboral dado que no se crearon puestos de trabajo genuinos y los salarios perdieron frente a la inflación.

Sin dudas, este es principal aspecto que debe considerar el nuevo gobierno. A pocos días de asumir, Mauricio Macri va dejando en claro que apunta a resolver los problemas de fondo a la mayor brevedad posible de manera de generar un shock de expectativas favorables para dinamizar la inversión. Además de un cambio de estilo político para asegurarse la gobernabilidad, el nuevo gobierno avanzó en varios temas cruciales en el frente cambiario, monetario, externo y fiscal, así como un importante salto cualitativo en materia institucional con nuevas autoridades en el INDEC.

Como venimos planteando hace tiempo, el punto de partida pasa por resolver lo antes posible el problema cambiario y para ello se necesita una sintonía fina pues el costo de fallar podría empeorar los problemas. En este sentido, con más pragmatismo que ortodoxia, el equipo económico apunta a una salida de shock. La estrategia pasa por asegurar un puente financiero con bancos del exterior, cerealeras locales, provincias y préstamos de organismos internacionales,  para apuntalar las magras reservas del BCRA. Entonces abrirán el cepo previo ajuste del tipo de cambio oficial y fuerte suba de tasa de interés. El mejor escenario que manejan es que con el salto en el tipo de cambio se alcance un nuevo equilibrio, anclando expectativas, y que por el contrario no sea percibido como el primer ajuste (de varios). Está claro que el shock para la unificación no será fácil, pues la inflación, el déficit fiscal récord y una notable expansión monetaria potencian los riesgos de la devaluación. Pasado el “sacudón” cambiario sumado a un acuerdo a con los Holdouts, la Argentina recuperaría acceso al financiamiento externo, algo tan urgente como necesario. Mientras tanto, el BCRA podrá utilizar la ingeniería financiera para emitir deuda en dólares ya que sus emisiones no son alcanzadas por los fallos adversos de Griesa. Recordemos que los dólares financieros son necesarios pues ni los precios de las materias primas ni la competitividad del tipo de cambio oficial serán suficiente para equilibrar la cuenta corriente  Además de los flujos financieros, si la Argentian recuperase su histórico tercer puesto (por debajo de Méjico y Brasil) en los flujos Inversión Extranjera Directa podría multiplicar los ingresos pasando de USD7.000 M a USD30.000 M.

Para que las ganancias de los activos financieros se trasladen a la economía real, el gobierno deberá encarar sin pausa un reordenamiento de las finanzas públicas dado que hoy padece del mayor déficit fiscal desde 1988 (6,4% del PBI). Las primeras medidas adoptadas no apuntan a mejorar el resultado, por el contrario implican reducir la carga impositivas lo cual obliga necesariamente a plantearse  una adecuación del gasto para no derivar a en otra crisis en el marco de una economía que logra reaccionar rápidamente. Es la apuesta al crecimiento. Por lo pronto, el nuevo ministro de energía ya anunció que a partir de enero van a bajar los subsidios y con ello aumentarán las tarifas de los servicios públicos.

¿Macri logrará poner en marcha el país? La clave pasa por anclar las expectativas en todos los frentes, empresarios y trabajadores. Las primerso pasos son auspiciosos pero todavía no hemos lidiado con los costos asociados, fundamentalmente ligados a la aceleración inflacionaria y el efecto recesivo de la inminente suba en las tasas de interés. Es clave ganar la confianza de los empresarios, pero también de los trabajadores que deberán darle el sustento al proceso.  El éxito no está asegurado y seguramente será un duro camino por transitar, pero creemos que se va en la dirección correcta.

graf1