Analytica

NI CON FE NI CON ESPERANZA

Estamos en diciembre y Macri apenas supera el 22% en intención de voto para las próximas presidenciales. Llegamos a marzo de este año y, gracias a su alianza con los radicales, las encuestas ya lo ponen en un posible ballotage con una intención de voto del 27%.

Es nuestro mejor momento. Las acciones vuelan. Los bancos trepan en promedio un +65% en pesos y las eléctricas un +100%. Luego la debacle. Desde esos máximos, la caída es estrepitosa. Bancos y eléctricas retroceden un 25% en promedio.

¿Qué pasó? Primero, Macri se estancó y Scioli se consolidó por encima de los 30 puntos. Segundo, el discurso de DOS se acercó a Kiciloff y sus políticas de comercio “administrado”, apreciación cambiaria y déficit fiscal creciente. Pésima noticias para el mercado. ¿Por qué?

Porque a pesar de que todavía vemos valor, se aleja el catalizador de que se realice el potencial en el corto plazo. Ese catalizador era y sigue siendo un cambio en la política económica a partir del 11D. Nunca hablamos de  candidatos, solo de políticas.

A fines del año pasado, Scioli, Massa y Macri representaban el cambio.

No importaba su afiliación partidaria ya que los tres expresaban la moderación. Sin embargo, la necesidad política llevo al candidato más alineado con el FPV a endurecer su discurso, siempre con fe y esperanza.

Este giro en el discurso y las encuestas de abril y mayo, llevaron a que el mercado descuente un escenario donde a Macri no le alcanza (toco su techo en 27%-30%) y a Scioli le sobra (tiene un piso de 35%) para ganar en octubre.

Nosotros no estamos tan seguros, pero lo que si empezamos a descontar es que de ganar Scioli, las decisiones de política económica van a pasar por el mercado antes que por el Gobierno.

La pax cambiaria fue lo que permitió la recuperación en la intención de voto del FPV. Pero esta pax tiene dos componentes. Uno a discreción del gobierno, pisar importaciones, el otro en manos del mercado, un cambio después del 11D. Está claro que si luego de octubre tenemos más de lo mismo, la pax se termina.

¿Qué hacer? Redujimos nuestra exposición al equity local e incrementamos en partes iguales la posición en títulos públicos en pesos (que devengan una tasa cercana al 30%) y en dólares (como seguro ante la volatilidad).

Los precios de los activos argentinos van a sufrir si el mercado quiere imponer su agenda. El dólar informal es el precio más retrasado en esta pax cambiaria. Por eso aumentamos nuestra apuesta, el déficit fiscal creciente nos asegura una tasa de interés en pesos alta (al menos por encima de la inflación).

Conclusión: Si el driver del mercado en los próximos días es un acuerdo o entendimiento entre Massa y Macri, creemos que es un racional débil para justificar una sobreexposición al mercado de acciones local. Pensemos que hace seis meses no importaba quien fuese el ganador en octubre, todos los candidatos conducían a un mismo lugar: el cambio.

Diego Alejandro Falcone

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