Analytica

BAJO CONTROL

El gobierno avanza otro casillero en su lucha contra la inflación. El resultado de enero fue menor al esperado, oxigenando las negociaciones paritarias. Si bien los ajustes de tarifas programados para los próximos meses agregan “ruido” a la tendencia, la desinflación continuará y permitirán que los salarios recuperen poder de compra, aspecto clave para que el consumo empiece a repuntar.

Concretamente, el IPC de Capital Federal y el Gran Buenos Aires de enero marcó un alza de 1,3%, levemente superior al 1,2% de diciembre aunque muy por debajo del 1,7% que estimaba el Relevamiento de Expectativa de Mercado (REM) que elabora el BCRA. Más importante aún fue que la medición “Core” (excluye los precios de bienes y servicios regulados o con comportamiento estacional), perforó la resistencia de 1,7% que mostró durante la segunda mitad del año pasado y marcó un alza de sólo 1,3%, el menor incremento desde que comenzó la nueva serie de IPC oficial “confiable”. Con este resultado, pasado el shock de ajustes de precios relativos del primer semestre de 2016 en el que la inflación superó el 4% por mes (65% anual), en los últimos siete meses bajó al 1,4% por mes (19% anualizado). Sin dudas, una gran noticia para el BCRA que apunta a que la inflación de este año no supere el 17% i.a.

La desinflación fue generalizada excepto por los rubros con comportamiento estacional (como frutas, turismo y ropa) y regulados (teléfonos celulares y peajes). De hecho, en enero los precios estacionales aumentaron 1,6%, casi el doble a lo que lo habían hecho en la segunda mitad de 2016, debido al rebote en verduras, frutas y el impacto de turismo que fueron compensadas en parte por la caída en indumentaria. Por el lado de los precios regulados, el INDEC contabilizó un alza de 1,1%, levemente por encima de 1,0% promedio del 2 semestre debido al incremento de abono de celulares y peajes. El resto de los precios presentó un alza menor al que venían marcando en los meses previos, entre los que se destacaron los de los alimentos en general y los de carnes y aceites en particular (carnes bajaron 0,8% en enero luego de crecer al 1,2% y aceites 1% vs 6,3% en los seis meses previos).

El buen dato que publicó el INDEC fue “opacado” en parte por lo que calculó la Dirección de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires (IPC-CABA) que en enero marcó un alza de 1,9%  y 2,0% para la medición “core”, acelerando respecto a diciembre (1,2% y 1,3% respectivamente). La diferencia entre ambas mediciones, además de la diferente incidencia de cada capítulos en el índice general, se explicó por indumentaria (para INDEC bajaron 2,2% y para  CABA la caída fue de 1,1%) y por el capítulo de vivienda (para INDEC no variaron y para  CABA subieron 2,3%). Esto último  debido a un bono que percibieron los encargados de edificios el cual fue computado en enero en la Ciudad y en diciembre por el INDEC. De hecho, recordemos que en diciembre pasado notamos resultados opuestos dado que el IPC Core CABA había marcado un alza de 1,3% mientras que INDEC había calculado 1,7%. En otros términos, más allá de la prudencia que obliga el análisis de la dinámica de precios, no vemos “señales mixtas”.

Así las cosas, con un mercado cambiario que se mantiene bajo control con elevada oferta de divisas, con tipo de cambio estable y con el BCRA siguiendo una política monetaria con tasas de interés reales muy positivas, mantenemos nuestra visión en el que la inflación seguirá controlada más allá de los “ruidos” por las de subas de tarifas para febrero y marzo. En este contexto, las negociaciones paritarias deberían enfocarse en cómo recuperar parte del poder de compra que perdieron los salarios durante el primer semestre del año pasado y no sobre la inflación futura de 2017.

Finalmente, dado que el BCRA cree que las paritarias se encontrarán por encima de la meta oficial, esperamos que mantenga el sesgo antinflacionario de la política monetaria y las tasas de interés permanezcan en niveles elevados.

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