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NO SE ACABÓ LA RABIA

El nuevo equipo del BCRA tomó aire y respira. Con un combo de medidas que van desde un estricto control de las operaciones hasta un swap con China, logró recomponer las reservas internacionales y redujo fuertemente la brecha cambiaria. Sin embargo, las luces de alerta siguen encendidas. La “maquinita” opera a pleno y al BCRA le cuesta cada vez más retirar pesos del mercado. Con una dinámica desequilibrada entre activos y pasivos del BCRA, la PAX cambiaria sólo podrá prosperar con un mayor ajuste en la actividad.

En octubre el BCRA vendió casi USD250 M reflejo de que el mercado cambiario sigue bajo tensión, debido principalmente a la muy pobre performance de las exportaciones en un contexto en el que la demanda de dólares se mantiene firme. De hecho, el incremento de las reservas (US$ 246 M) fue posible gracias al ingreso de USD800 M por el swap con China.

Pero al tiempo que intenta aumentar los activos en moneda extranjera, el pasivo del BCRA continúa deteriorándose. En octubre la Base Monetaria aumentó en $25.000 M, el mayor incremento desde diciembre de 2012 acumulando un alza del 25% i.a.  Como viene ocurriendo a lo largo de todo el año, a pesar de la colocación de $10.000 M de BONAD, el principal determinante fue la asistencia al Tesoro que en el mes llegó a $22.000 M, más del doble a lo girado en el mes anterior y 70% superior al año pasado.  A esto se sumó la cancelación de pases pasivos por casi $11.000 M que fueron compensados en parte por la colocación neta de Letras por apenas $3.000 M (entre enero y septiembre había colocado a razón de $10.000 M por mes).

A pesar de la mayor expansión monetaria, los depósitos en moneda local del sector privado mostraron un pobre desempeño al registrar un alza de apenas 1% (28% i.a.). De hecho, a pesar del incremento en las tasas de interés, los plazos fijos se estancaron siendo lo más destacado la caída de las colocaciones de minoristas (menos de $1 millón). La desaceleración de los depósitos ocurre en un contexto en el que los préstamos al sector privado, impulsado por las tarjetas de crédito, muestran una leve recuperación. Por tercer mes consecutivo los préstamos crecieron por encima de los depósitos presionando sobre la liquidez del sistema financiero (aunque se mantiene muy elevada).

Sin corrección en las cuentas públicas, en los próximos dos meses las necesidades financieras del Tesoro aumentarán notoriamente y con ello será muy complicado que el Central pueda evitar una mayor expansión monetaria. Con los depósitos perdiendo velocidad, la colocación de deuda del Tesoro competirá directamente contra el stock de letras que mantiene el sistema financiero o bien contra el crédito al sector privado.

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