Analytica

ROSARIO QUEDÓ LEJOS

Envalentonado por la recuperación de las reservas en las últimas semanas, el gobierno se aleja cada vez más de un escenario de acuerdo con los holdouts y apunta a terminar su mandato cumpliendo el lema de “Patria o Buitres”. Atrás quedó el tono conciliador de CFK en el acto por el Día de la Bandera en Rosario, y el llamado a la sensatez. No será un camino fácil, pues las necesidades de divisas son crecientes dadas las negativas perspectivas de las exportaciones. Mantener la inflexibilidad tendrá costos crecientes para la actividad económica y para el desarrollo de mediano y largo plazo.

Concretamente, tal como lo comentamos en el Analytico de la semana pasada (“La calma no cura”), bajo la nueva conducción del BCRA se logró una nueva PAX (o tregua) cambiaria con una fuerte caída en el dólar paralelo y recuperación de las reservas, que ahora superan los USD 30.000 M. El incremento de los activos externos del BCRA fue exclusiva responsabilidad de los ingresos por USD 2.200 M de Swaps con el Banco de China sin que se haya logrado mejorar el resultado del mercado cambiario. De hecho, a pesar de los mayores ingresos por la liquidación de las cerealeras, el BCRA no logra revertir el saldo del mercado de cambios y tiene una posición neta vendedora.

Con la PAX cambiaria, el gobierno avanzó un paso más e intentó una riesgosa jugada para mostrar fortaleza y determinación frente al conflicto con los fondos buitres. El ministro Kicillof lanzó un canje o recompra voluntaria de Boden 2015 (USD6.500 M) y la emisión conjunta de Bonar 24 (USD3.00 M) de manera de aliviar la carga financiera del 2015 y conseguir fondos frescos para aumentar las reservas. No importó el fracaso del canje de jurisdicción local de los bonos performing con legislación extranjera.  Los resultados, como era de esperar, fueron decepcionantes: USD 185 M decidieron el cobro anticipado, USD 377 M optaron por canjear los Boden por Bonar en tanto que por la nueva deuda apenas ingresaron USD 286 M. Si bien se puede atribuir al pésimo momento de los mercados financieros globales, donde los activos de riesgo están siendo muy castigados, el resultado marca que hay una notable heterogeneidad entre los tenedores de Boden 15 y la dificultad que tendrá el gobierno de pasar la transición prescindiendo de Nueva York. A su vez, este resultado frenó la emisión programada por la provincia de Buenos Aires.

Pero además de los elevados vencimientos de deuda que restan hasta fines de 2015 (USD 15.000 M del Sector Público Nacional y al menos USD 2.500 M de la deuda contraída por el BCRA en los últimos meses) la gran amenaza será cómo absorber la caída de al menos USD 7.500M  en las exportaciones por la combinación de la caída de precios de las materias primas, atraso cambiario (potenciado por la apreciación del dólar a nivel global) y un pobre desempeño de la economía brasileña. Una mala cosecha gruesa agravaría notablemente este panorama. A esto se agregan al menos USD 10.000 M de demanda neta de divisas (viajes, rentas y dólar ahorro). Dicho en otros términos, sin financiamiento, se necesitan USD 35.000 M para que las reservas internacionales se mantengan en los niveles actuales. De no ser así se dará un fuerte ajuste sobre las importaciones (ergo, el nivel de actividad); el único aliciente es que de ese total, unos USD 10.000 M que podrían lograr refinanciarse dado que corresponden a vencimientos de organismos internacionales y de bancos centrales.

La apertura al financiamiento no es sólo para mejorar la caja en dólares, sino también para aliviar la asistencia financiera del BCRA al Tesoro. De hecho, ante el notable empeoramiento de las finanzas públicas, el BCRA emitió en lo que va del año casi $130.000, 85% más que el año pasado, y se encamina a terminar el año en más de $160.000 M. Si bien la emisión de deuda del BCRA logró moderar la expansión monetaria, las perspectivas para el 2015 son mucho más preocupantes. Con un gobierno que se niega a ajustar el gasto para enderezar las cuentas públicas, menos aún en un vísperas de elecciones, el déficit llegaría a $350.000 M (6.5% del PBI) y pondrá en aprietos a la gestión de Vanoli para evitar una disparada de la base monetaria.

Vemos entonces que la “gesta patriótica” que encara el gobierno tiene mucho por perder y sólo le puede generar rédito político en el corto plazo, pues el empeoramiento de la coyuntura económica le irá marcando la cancha. Si bien con o sin arreglo difícilmente se pueda revertir el ciclo recesivo, es más prudente volver a la sensatez de Rosario, buscar las mejores alternativas para dar por finalizado el juicio con los holdouts y normalizar la situación financiera del país para poder encarar la agenda de mediano y largo plazo.

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