Analytica

ACTIVIDAD, CON POCAS LUCES

Detrás del debate en cuanto a cómo eliminar el cepo y cuál sería el tipo de cambio de convergencia, lo central es cómo lograr que la economía vuela a crecer de forma estable y deje atrás cuatro años consecutivos de estancamiento. La herencia del kirchnerismo es pesada. Atraso cambiario, escasas reservas internacionales, déficit fiscal, restricciones cambiarias por doquier y muchos pesos en la calle son un nudo complejo de desatar, pero no hacerlo supone que la actividad y el empleo se llevaran la peor parte.

Concretamente, el “plan de aguante” que trazó el gobierno hace un año tuvo como único objetivo llegar a las elecciones con la actividad estabilizada, esquivando la recesión. En parte lo logró, pues la desaceleración de la inflación y la reducción en la brecha cambiaria hacia fines del año pasado fueron los insumos necesarios para una mejora relativa de las expectativas. En este contexto, con la apertura “heterodoxa” de la cuenta financiera el BCRA pudo liberar, al menos por unos meses, parte del cepo importador sin sacrificar reservas internacionales. Así las cosas, hacia el primer trimestre del año la actividad comenzó a recuperase lentamente y ya en el segundo y tercer trimestres alcanzó su nivel maximo, impulsada por la construcción y el consumo minorista (gracias a los ajustes salariales y la recomposición del crédito a las familias). En tanto, la industria, pese al continuo deterioro en el sector automotriz, logró estabilizarse, e incluso logró crecer en algunas ramas. El mayor impulso en la demanda doméstica más que compensó la caída de las exportaciones netas (por las menores exportaciones y pérdida del superávit comercial) y con ello en los primeros nueves meses  el PBI registró un alza de algo más de 1% (frente a una contracción del 2%  en el mismo período del año pasado).

Pero el “veranito” en la actividad parece estar quedando atrás. Alcanzó un pico en agosto y desde entonces viene mostrando una tenue caida. La recaudación tributaria que hasta agosto venía subiendo al 35% de la mano del IVA y de ganancias, en septiembre moderó al 31% i.a. y en octubre lo hizo al 28% i.a., apenas 2 pp. por encima de la inflación. El mismo comportamiento se puede apreciar en la construcción y en la venta en supermercados mientras que la actividad industrial vuelve a ser arrastrada por la mala performance del sector automotriz. De hecho, en octubre la producción de autos cayó 26% interrumpiendo la gradual estabilización que venía mostrando en los meses anteriores.

Ya sin la pax cambiaria y con la fuerte caída en las reservas internacionales el contexto para el nivel de actividad empeora para lo que resta del año. La falta de divisas obliga al BCRA a endurecer el acceso al mercado cambiario a los importadores con lo cual los efectos contractivos sobre la producción no se harán esperar. Al mismo tiempo, para contener la demanda de divisas el BCRA también decidió subir en 300 puntos básicos las tasas de interés, lo que encarecerá el crédito. Como si esto fuera poco, ante la mayor expectativa de devaluación en el corto plazo esperamos que la inflación se acelere en lo que resta del año golpeando nuevamente la débil recuperación del consumo. En este contexto, esperamos que el último trimestre del año finalice con una leve contracción, promediando el año con una expansión del 0.8%.

Así las cosas, el kirchnerismo deja una economía prácticamente estancada y con numerosas cuentas pendientes. Para recuperar el sendero de crecimiento es d vital importancia sincerar precios relativos y eliminar el cepo cambiario, pero hay que hacerlo de manera secuencial y ordenada, generando las condiciones para que ingresen capitales (tanto de extranjeros como de los propios argentinos) y poder atender la demanda  de divisas para poder importar y producir. Sería un error querer resolver la pesada herencia que deja el segundo mandato de CFK en un día pues se estarían subestimando los costos sociales de estas medidas. No siempre ir más rápido implica llegar más lejos.

graf1